Conmoción en la industria del entretenimiento. El actor barcelonés Jordi Rebellón, conocido por encarnar al doctor Rodolfo Vilches en la serie 'Hospital Central' ha fallecido este miércoles a los 64 años de edad tras sufrir un ictus el pasado 7 de septiembre, según ha confirmado su representante a la edición digital de la revista Hola. Su marcha ha generado una gran sacudida en amigos, familia y compañeros y ha entristecido al público general, que lo conoció por su papel de médico en la mencionada serie, que se extendió durante 20 temporadas y 12 años.

"Hoy nos despedimos con mucha tristeza de nuestro querido compañero Jordi Rebellón. Nuestro más sincero pésame a su familiares, amigos y compañeros de profesión. Descansa en paz", ha rezado la Unión de Actores y Actrices a través de su cuenta oficial de Twitter.

Rebellón debutó en el año 1995 en la serie 'Barrio Sésamo’, donde interpretó al alcalde. Extendió su carrera televisiva en otras series como 'Makinavaja', encarnando al Sargento Oroño, y también en 'Médico de Familia' o 'Cuéntame cómo pasó'. Llegada la madurez dio el salto al teatro, donde participó en obras como 'El Funeral', 'Enloquecidas', 'Don Juan Tenorio' o 'Mal de amores'.

El actor catalán nos ha dejado a causa de un ictus. Un accidente cardiovascular que afecta cada año a alrededor de 120.000 personas en España, según datos de la Sociedad Española de Neurología. En estos casos la detección precoz suele significar, además de la diferencia entre la vida y la muerte, la posibilidad de evitar secuelas a largo plazo. Te contamos cuáles son los síntomas a los que debes estar atento para, llegado el momento, acudir a un médico.

Al impedir que la sangre no llegue de forma regular al cerebro y, de ese modo, tener una afección severa en el sistema nervioso, es común que una persona que haya sufrido un ictus tenga serias dificultades a la hora de mover partes del cuerpo como las piernas o los brazos. También es posible que sienta hormigueos anormales, pérdidas de equilibrio, parálisis en la cara o falta de sensibilidad en según qué partes del cuerpo.

La persona que sufre ictus puede, en un determinado momento, tener serias complicaciones en lo que se refiere a ordenar las palabras o a que sus frases tengan coherencia, así como en la habilidad para articular un discurso o seguir un diálogo con otra persona.

Aunque tiene mucho parecido con las jaquecas o las migrañas, los dolores de cabeza súbitos son también una señal a tener en cuenta si hablamos de los ictus. Esa dificultad para recibir oxígeno y sangre del cerebro de la que hablábamos anteriormente puede tener como consecuencia el sufrir repentinos dolores de cabeza, mareos o náuseas.

Es quizá uno de los síntomas más difusos, pero también es posible que en los días o momentos previos a sufrir un ictus comencemos a tener serios problemas para recordar espacios o nombres que tenemos muy claros en nuestra vida cotidiana. La desorientación, la confusión y el no saber dónde estás también son manifestaciones de este tipo de afección.

La pérdida de visión es otra de las señales a las que prestar mucha atención. De repente, las personas que están en vías de sufrirlo comienzan a tener la visión borrosa en sus globos oculares. Menos común aunque también importante es atender a la pérdida del resto de los sentidos como el olfato o el gusto.