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De no proteger del virus a daños dérmicos o respiratorios: lo que puede pasarte si usas mascarillas en mal estado

  • Te explicamos los problemas respiratorios, dermatológicos y bucales que puede provocar la mascarilla si no respetas los tiempos de uso recomendados, además de la evidente pérdida de eficacia que supone no hacerlo

Mascarilla perenne: dícese de aquella que se utiliza ininterrumpidamente, sin seguir las recomendaciones sanitarias y que ha adquirido un color parduzco con el que queda claro que cualquier capacidad de filtración ha desaparecido para siempre. Esta podría ser la próxima inclusión de la RAE en su diccionario. Parece que ocho meses después todavía no todos estamos concienciados de la importancia de este complemento como arma para frenar la pandemia, en especial para la población de riesgo. Por si queda alguna duda, te explicamos los problemas respiratorios, dermatológicos y bucales que puede provocar la mascarilla si no respetas los tiempos de uso recomendados, además de la evidente pérdida de eficacia que supone no hacerlo.

Neumonía y otros problemas respiratorios

Filtrar. Es el principal cometido de las mascarillas, pero no cabe duda de que todo eso que evita que entre o salga de su filtro se queda en él retenido. Por lo tanto, podemos afirmar que la acumulación de bacterias en el tejido es cada minuto que pasa mayor. "La inhalación continuada de los virus y bacterias acumulados en las mascarillas, sumado a la falta de efectividad derivada de su uso excesivo, predispone a nuestro organismo a padecer una neumonía bacteriana o vírica", nos explica Laura Sierra, médico neumólogo del hospital HM Regla de León.

Este riesgo aumenta, además, con la edad, ya que la inmunidad está más aletargada y reacciona más lentamente. Es especialmente peligroso en personas que acaban de pasar el coronavirus porque la enorme carga bacteriana puede agravar un problema que parece casi solventado. No obstante, conviene aclarar que una persona que sufra neumonía por este uso inadecuado de la mascarilla no implica necesariamente que vaya a contagiarse de covid-19, aunque sus posibilidades sean menores por reducción de su efectividad.

Además, esta enfermedad respiratoria no es la única que se puede dar a raíz de un mal uso de estas barreras de protección. "Puede favorecer también la aparición de crisis asmáticas. Los pacientes de asma que tengan alergia a pólenes están menos protegidos cuando usan mascarillas que han perdido su eficacia, y por tanto, puede empeorar su asma o generar una crisis grave”, asevera la doctora.

Erupciones, herpes y alergias faciales

El acné, la rosácea, la irritación o el picor son algunos de los daños colaterales que puede causar el uso inadecuado de la mascarilla. La piel es la siguiente barrera corporal bajo la misma y la primera que sufre tras ignorar las recomendaciones sanitarias. "Si además de no respetar los tiempos, sumamos la falta de hidratación de la piel, la utilización de maquillaje y la falta de limpieza, nuestra dermis está más expuesta que nunca", asegura la Ángela Hermosa, dermatóloga de la Clínica FEMM. Por eso, estar pendientes de la zona y tomar medidas cuando detectemos el problema es fundamental para poder atajarlo.

Además de darle una solución, la prevención es también una buena herramienta. La doctora nos recomienda "lavar la cara tanto antes como después de usar la mascarilla, emplear un limpiador adecuado ya sea espumoso o seborregulador -en función del tipo de piel-, hidratar correctamente la piel después de lavarla, cambiar el maquillaje por cremas con color y emplear también protección solar, aunque sea invierno".

Pese a que los granitos son el problema más común derivado del uso inadecuado de esta barrera protectora existen otras importantes que se deben tratar. Pueden aparecer lesiones por roce a nivel de mentón o puente de la raíz, "en ese caso es muy útil emplear una crema con corticoides que reduzca la inflamación". También son comunes los roces detrás de las orejas para los cuales los dispositivos que enganchan las gomas y las sitúan tras la cabeza son prácticos. "Además, hemos observado un importante incremento de infecciones cutáneas como el herpes orofacial. En estos casos, el tratamiento dependerá del tipo de infección: si es bacteriana, habrá que recurrir a los antibióticos; si es un herpes, puede requerir antivirales orales", comenta Hermosa.

Mal aliento: con un buen uso, la mascarilla no huele

Que las mascarillas huelen mal es otra de las críticas más comunes que se han producido durante estos meses. Sin embargo, están fabricadas de un material inodoro que adquiere un mal aroma a raíz del uso que hacemos de ellas. "Los restos de saliva que quedan en las mascarillas y que después se secan, son los que generan ese olor desagradable. Si las usamos más del tiempo indicado, el filtro se satura, pierde su capacidad y la fetidez aumenta", asevera la Dra. Carmen Martín Carreras-Presas, secretaria de la Junta de Gobierno del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región (COEM).

Sin embargo, esta peste no suele estar relacionada exclusivamente con la mascarilla, sino con una halitosis que ahora, al emplearla, nos hace conscientes de ella. En nuestro país, el 30% de la población adulta sufre este problema, según datos de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) y en nueve de cada diez casos está relacionado con problemas en la cavidad oral, específicamente en la lengua o en las encías.