Siete de cada diez españoles están disfrutando de la fase 1. La cerveza y la terraza es solo una excusa para volver a ver a los tuyos, eso sí, manteniendo la distancia de seguridad y tomando las medidas higiénicas pertinentes. Afrontamos esta desescalada, además, con unas temperaturas elevadas y cielos soleados. Sabe a primavera. Huele a primavera. Las ganas no faltan, pero la precaución es fundamental. También si hablamos de nuestra piel. A partir de los 40 años los estragos del sol en nuestra dermis empiezan a ser más evidentes y se traducen en manchas y arrugas por lo que la protección se debe convertir en nuestro mejor aliado. Tras más de dos meses de encierro y acercándonos a la temporada estival, hablamos con Ángela Hermosa Gelbard, dermatóloga en la clínica FEMM para que nos explique qué medidas excepcionales debemos tomar y cómo elegir el protector solar adecuado.

Este mes de mayo y junio no serán como los de años anteriores por un sinfín de motivos. El sol será el mismo, el calor similar pero nosotros estamos menos preparados a nivel dermatológico para ello. La exposición solar estimula la producción de melanina, un pigmento que protege a nuestras células de la dermis frente a la radiación violeta.

"Esta melanina se produce de forma gradual, por eso, si llevamos confinados meses y no la hemos producido, es mucho más fácil que nos quememos que si la exposición solar se realiza de forma gradual. Ese es el motivo por el cual las quemaduras solares suelen ser mucho más frecuentes al principio del verano", explica la doctora. Y este año, más aún.

Hermosa hace un llamamiento a no esperar hasta mediados de junio para empezar a utilizar protección solar. Debe hacerse de forma inminente. "La radiación ultravioleta es la principal causa de cáncer de piel y de fotoenvejecimiento, así como de la aparición de manchas. Por eso es fundamental protegerse adecuadamente de la misma durante todo el año”, advierte.

Estos primeros días que nos enfrentemos al sol lo haremos con una peculiaridad, con una mascarilla que nos cubre media cara. Pero el llevarla puesta no debe hacer que nos confiemos. "La mascarilla no cubre toda la cara, ni las oreja, ni el escote. Además, debemos tener en cuenta que esta puede moverse”, apunta la dermatóloga.

Teniendo en cuenta la importancia de salir de casa preparados, necesitamos elegir una crema solar que nos proteja tanto de la luz ultravioleta A como de la B. "En fototipos claros no debe usarse un fotoprotector con un FPS menor del 50. En fototipos oscuros, se puede usar un fotoprotector con FPS 30", explica Ángela Hermosa.

Además de la loción protectora es muy importante también la forma en la que la apliquemos. "Hay que extender una cantidad suficiente y repetir el procedimiento asiduamente, después del baño o si hay una sudoración excesiva. También debemos recordar que los fotoprotectores en spray tienen menos permanencia que los que son en crema o en stick".

Dado que esta temporada la encaramos con la piel más sensible de lo normal y menos preparada, además de la loción solar podemos complementar la protección con fotoprotectores orales. "Estos contienen antioxidantes que ayudan a que las células de nuestra piel mejoren sus defensas frente a la luz ultravioleta". Hacen también que disminuya la facilidad para sufrir quemaduras solares y se repare antes el daño epidérmico. "Existen incluso fotoprotectores orales que favorecen el bronceado de la piel, pero hay que tener en cuenta que son un complemento y no sustituyen nunca al fotoprotector tópico", advierte la experta.

Hermosa nos recuerda que proteger nuestra piel, sobre todo si se trata de una piel madura, es importante no solo cuando vamos a tomar el sol. "La luz ultravioleta no está presente solo en la playa o en la piscina, sino que está presente también en la ciudad y estamos expuestos a ella cada vez que salimos a la calle. Si el índice de radiación ultravioleta es alto, debemos protegernos todos los días para prevenir la aparición de manchas, arrugas y tumores cutáneos", concluye.