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Sacar o no a un familiar de la residencia: la duda que ha sembrado el coronavirus

  • En España hay 374.000 plazas residenciales donde viven más de 300.000 personas

  • La media de edad en residencias supera los 83 años

Año 2008. En lo más crudo de la crisis económica, muchos mayores decidieron marcharse de las residencias donde estaban para ayudar a su familia con su pensión. Año 2020. Algunos mayores, como la historia que ha publicado El País sobre Don Rafael, se escapan de las residencias para evitar la muerte que provoca en ellas el coronavirus. Dos situaciones bien distintas pero con un nexo en común: ¿hasta qué punto pueden irse los mayores de forma voluntaria de su residencia? ¿Y en pleno estado de alarma?

Habitualmente, podemos encontrar todo tipo de información y requisitos para entrar en una residencia: más exigentes si es pública y más laxos si es privada, aunque esta última flexibilidad se paga a final de cada mes. De salir de ella no suele hablarse tanto. No es habitual. Sin embargo, la pandemia de coronavirus está haciendo que algunos familiares de residentes se planteen sacar a residentes y llevarlos a casa.

Salir de la residencia en tiempos de coronavirus

El 5 de marzo, la Comunidad de Madrid lanzó un primer protocolo por el que se establecían restricciones en las visitas a las residencias de mayores. El Ministerio de Sanidad, por su parte, también lanzó una serie de recomendaciones generales para las residencias y su personal. No obstante, en ninguna de ellas se establecía que los familiares no pudieran ir a recogerlos para llevárselos a sus casas.

"En una situación normal no hay ningún problema en que una persona en una residencia se vaya de una residencia, salvo que esté incapacitada judicialmente o por salud, pero actualmente los familiares no pueden ir a visitarlos", explica Beatriz Ortiz, de Aliter Abogados.

La Comunidad de Madrid ha admitido que más de 3.000 internos de residencias han fallecido por coronavirus

Aunque no exista una prohibición como tal, sí existen las mismas limitaciones que aplican a todos por el estado de alarma. "Sería el mismo caso que la gente que trata de escapar de los hospitales aún estando ingresados y al final los detienen fuera. Por ser habitante de una residencia no se pierden derechos, pero en esta situación sí, porque la cuarentena es para todos y saliendo a la calle se puede atentar contra la salud pública", continúa la abogada.

Coincide con esta opinión el geriatra y colaborador de Uppers Jose Antonio López Trigo: "En condiciones de dependencia no conviene porque no tiene la familia capacidad de atender las necesidades propias de muchos residentes. Tendría que ser el tutor legal quien decidiera. Solo en caso de no patologías, no afecciones respiratorias, no deterioro cognitivo y buena movilidad, sería recomendable que la persona saliera de la residencia para evitar otros contagios".

Además, el profesional hace hincapié en un hecho que es muy común: para muchas personas, la residencia es su propia casa, por eso "las valoraciones sobre si deben o no salir son mucho más complejas. No obstante conviene seguir esos protocolos que se dicten y aplicar la singularidad cuando toque", explica.

Las Comunidades Autónomas flexibilizan sus protocolos

Las residencias se han convertido, por desgracia, en uno de los principales focos del coronavirus. En la Comunidad de Madrid, su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, ha admitido que más de 3.000 internos de residencias han fallecido. La falta de material y de personal en ellas ha provocado escenas como ver a la Unidad Militad de Emergencias desinfectándolas o a estamentos públicos tomando el mando de algunas residencias privadas.

Ante esta situación, muchas Comunidades Autónomas están actualizando sus protocolos para permitir la salida de los residentes y que vayan a hoteles especiales o con sus familias. Por ejemplo, la Comunidad de Madrid, la más afectada por el coronavirus, ha elaborado un plan en el que "se contempla el traslado de residentes que no estén contagiados a hoteles cercanos o a domicilios de familiares si así lo prefiriesen".

Las residencias con mayores aislados están restringiendo al máximo hasta las comunicaciones por teléfono con familiares

En la Comunidad Valenciana, la vicepresidenta Mónica Oltra también ha elaborado un protocolo para sacar a residentes sin síntomas "siempre que se garantice su bienestar y seguridad", una petición que ha venido por parte de las familias de los internos.

La Generalitat de Cataluña también se encuentra preparando un cambio normativo para permitir que las familias se puedan llevar a casa a sus mayores, así como en Aragón, donde han decidido que si el paciente tiene síntomas deberá ser la Consejería de Sanidad la que decida. En otras Comunidades, como Extremadura o La Rioja seguirán priorizando la estancia en el centro residencial.

Familias que no pueden sacar a sus seres queridos

En los casos de personas que están en residencias con todas sus capacidades, podrían tener la alternativa salir de la residencia hasta que todo esto pase, pero en otros casos no es posible. "No es tan fácil mantener en el domicilio a una persona con alzheimer con una serie de necesidades, o a una persona en una silla de ruedas en un domicilio no adaptado. Por esto depositan su confianza en nosotros", explica una terapeuta ocupacional de una residencia madrileña. En muchas ocasiones, no hay alternativa: "Es una decisión muy dura por parte de los familiares, y en la mayoría de las ocasiones no queda otra", apostilla.

Este es el caso de Adrián. Su abuela, Tina, se encuentra en la residencia de la Tercera Edad San Blas (Jalance, Comunidad Valenciana) y no hay posibilidad de que pueda salir de allí a pesar del coronavirus. "Ella tiene una lesión en las vértebras y el cuello y necesita cuidados y material especial para poder levantarla y demás. Su habitación en la residencia está adaptada y, a día de hoy, ningún familiar tenemos una casa adaptada para lo que necesita", nos cuenta. "Si no fuera por eso, claro que intentaríamos sacarla sin duda. Porque no sabemos nada. Solo lo que nos dicen por teléfono, que es lo mismo siempre: 'Está bien'".

Respecto a la posibilidad de haberla sacado si hubieran podido por cuestiones físicas, tampoco lo tiene claro. "Seguramente hubieran puesto pegas por la situación actual. Se han puesto muy estrictos (con razón). Allí por ejemplo tienen un positivo en coronavirus, así que tienen a todos aislados individualmente en habitaciones. No nos pasan el teléfono ni nos dejan hablar, porque el contacto es mínimo. Llevar la comida, lavarles y poco más".

Charo, cuya madre se encuentra en la Residencia Orpea de San Lorenzo de El Escorial (Madrid), se encuentra en una situación parecida: "No nos lo hemos podido plantear porque su patología de lo impide. Tiene silla de ruedas y el espacio es un condicionante. Por desgracia, las casas no están acondicionadas para ello", explica.

"No es por falta de cariño ni de ganas, pues me pongo en su piel, el no entender lo que está pasando, en estar aislados en sus habitaciones sin poder compartir sitios comunes y seguir con sus rutinas diarias y es duro, pero de momento soy afortunada porque aún puedo hablar con ella por teléfono y oigo su voz, y eso quieras que no te sube el ánimo", nos cuenta por teléfono.

En el caso de Ana María, que tiene a dos familiares en un centro de Málaga: "No nos hemos planteado en ningún momento, ni insistir para ir a verlas, ni sacarlas de la residencia por supuesto", explica. "Nos da garantía que las cosas las están haciendo bien. Yo he hablado con las dos, tienen demencia y aunque no saben muy bien quién soy, me preguntan que cuándo voy a ir y les digo que me acerco mañana, a pesar de que no es cierto porque no es posible ni responsable hacerlo".

Lucía sí que pudo sacar a su madre a tiempo

Lucía, la madre de Belén, se rompió una pierna hace cinco meses. Ante la imposibilidad de poder cuidar de ella, sus hijas decidieron internarla en una residencia. El virus acechaba y fue entonces cuando Belén, enfermera en un hospital público madrileño, decidió sacar de la residencia a su madre.

"Le estuvimos dando muchas vueltas porque vimos el tema y pensamos: si entra el virus no nos la van a dejar sacar y si le pasa algo se muere sola. Tuvimos la suerte de que mi sobrino tiene una habitación libre y la pudimos sacar", nos cuenta Belén. Por suerte, en la residencia de Lucía sigue sin haber casos de coronavirus.

"Hablé un día con la directora por teléfono y le dije que lo estábamos madurando y me dijo que estaba bien tenerlo en cuenta, y nosotros la sacamos un domingo y no nos pusieron ningún problema, todo lo contrario, incluso a ellos se les quitó un peso de encima", confiesa. "La hemos sacado in extremis pensando que si le pasaba algo no la íbamos a volver a ver viva, pero cuando pase todo esto no sé si volverá allí o contrataremos a alguien".

"Me da mucha pena porque vana aquedar muchos abuelos en el camino y es verdad que no tienen los suficientes medios, tienen menos gente y, al final, la residencia son un negocio donde se enriquecen cuatro y lo demás queda un poco ahí en el aire. Tienen cosas buenas pero dejan muchas cosas que desear", concluye Belén.

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