Holanda de naranja o Alemania de blanco: ¿por qué cuatro selecciones europeas de fútbol no visten los colores de su bandera?

Tras un año de retraso por culpa de la pandemia provocada por la covid-19, por fin disfrutamos de la Eurocopa que se tenía que haber celebrado el pasado año. Tras la fase de grupos, la cosa empieza a ponerse seria en el camino para ver qué selección es la que finalmente levantará el trofeo el próximo 11 de julio. Pero como siempre, viendo cualquier partido y a pesar de las tensiones de las faltas o penaltis, nos hacemos alguna que otra pregunta, como por ejemplo algunas referidas a los colores de la equipación que cada equipo lleva.

España es de sobra conocida como 'La Roja', aunque en sus segundas equipaciones hemos visto el azul marino, el blanco o el amarillo, colores que, al fin y al cabo, tienen sentido. Pero hay otras muchas ocasiones en las que parece no tenerlo tanto, al menos cuando vemos que el vestuario no comparte gama cromática con la bandera, como suele ser normal en la mayoría de selecciones. ¿Te has dado cuenta de alguna? Pues el pasado, y las monarquías, tienen que ver en algunas que se saltan la 'norma' de los colores de la bandera.

Alemania

Alemania es una de las selecciones favoritas por su historial de trofeos, pero su equipación nada tiene que ver con el negro, amarillo y rojo de su bandera. Realmente parece que su vestuario está relacionado con el blanco y negro del Reino de Prusia en la época de Imperio alemán y, dado que la Federación Alemana de Fútbol se fundó en el año 1900, no es de extrañar que por eso mismo la equipación continúe con los colores de la bandera de aquella época.

Pero hay más, ya que por lo general la segunda camiseta de los germanos suele ser verde. Lo cierto es que esto se debe a que el color del logo de la Federación es verde, así de simple. Aún así, han existido otras teorías que apuntaban a que, tras la Segunda Guerra Mundial, ningún territorio quería jugar contra ellos hasta que Irlanda jugó un amistoso contra Alemania y, por ello, tomaron el verde como señal de gratitud. Otra, en cambio, habla de que como el fútbol se veía entonces en blanco y negro, escogieron un color para que fueses más sencillo distinguirles de sus contrincantes. Pero no, estas dos teorías son eso, teorías.

Italia

¿Y qué hay de Italia? Ni blanco, ni rojo, ni verde, su camiseta es azul. Durante el gobierno del rey Víctor Manuel III la selección italiana comenzó su periplo internacional y fue en 1922 cuando comenzó a utilizar el azul, color del estandarte de la casa real de Saboya, perteneciente al monarca, y eso que en sus inicios, en 1910, utilizaron un uniforme blanco con el escudo real.

En alguna ocasión Italia tuvo que enfundarse su equipación negra, la más sonada fue la del Mundial de Francia en 1938 cuando se enfrentaron a los anfitriones y por orden de Mussolini tuvieron que vestir de color oscuro, ganaron y posteriormente fueron los campeones del Mundial. Que no hayan vuelto a enfundarse el negro y prosigan con su tradicional azul es debido a que el color era un homenaje de Mussolini a sus Camicie Nere, que ejercían la violencia y le defendían.

Países Bajos

Países Bajos tampoco tiene rastro de su bandera roja, blanca y azul. Su color principal en el vestuario es el naranja, aunque de segunda equipación han vestido el blanco de su bandera. Para saber por qué llevan este color hay que remontarse al príncipe Guillermo de Orange, que liberó a la región del dominio español. Durante un tiempo, la franja roja actual de la bandera fue naranja y por eso mismo los holandeses siguen vistiendo este color en su selección.

Gales

Lo de Gales es más complicado. Pese a que lleva una camiseta que muchos catalogan de rojo y otros de naranja, que podría ir relacionada con el dragón de su bandera, lo cierto es que no. Además de ese rojo, la equipación va acompañada de tres franjas amarillas sobre los hombros, que guardan relación con el príncipe Owain Glyndwr y sus banderas de combate. Sin embargo, el verde y el blanco de la bandera actual solo tienen un leve protagonismo, muy discreto, en el puño de la manga, colores que vuelven a acompañarse del rojo y el amarillo.