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Desmontando mitos sobre la soledad: los mayores de 60  es el colectivo que se siente menos solo y el que se declara más satisfecho con su vida

  • El informe España 2020, realizado por la Universidad Pontificia de Comillas, revela que la soledad ha aumentado en España más de un 50% por el impacto de la Covid-19

  • Los menores de 30 años son los que más acusan la soledad y los que experimentan menos satisfacción con su vida

  • El mismo informe también revela que las personas con menos problemas económicos se sienten menos aisladas y se muestran más conformes con su trayectoria vital

Es posiblemente la paradoja más evidente de nuestro tiempo: en la era de la hiperconexión, cuando es posible comunicarnos a todas horas y a través de muchos canales, la sensación de soledad se impone. No solo eso, sino que, además, a consecuencia de la pandemia el sentimiento de soledad ha doblado su incidencia en los últimos meses. La soledad es la otra epidemia que cabalga junto al coronavirus. De hecho, la expresión "epidemia de la soledad" ya está siendo usada por los propios servicios de salud estadounidenses y está generalizada en la literatura científica.

Lo que sabemos hasta ahora es que la soledad ha mostrado su incidencia en la salud. Aumenta la mortalidad en un 26%. Tiene un impacto similar a fumar 15 cigarrillos diarios y es peor que la obesidad. También aumenta el riesgo de enfermedades coronarias e incrementa la tensión sanguínea. En el campo de las enfermedades mentales, favorece el deterioro cognitivo, el riesgo de demencia y la probabilidad de depresión y de suicidio. Es, como se ve, una epidemia con devastadores efectos colaterales.

Los mayores, el colectivo más convencido de que la soledad crece

La prevalencia de la soledad en las sociedades modernas es una de las principales conclusiones del informe España 2020, realizado por la Universidad Pontifica de Comillas en 2019 y enero de 2020. En palabras de Agustín Blanco, director de la cátedra y coordinador del informe, "la pandemia del coronavirus ha puesto imagen y voz a otra enfermedad más silenciosa que nos acompaña desde hace años y que no deja de crecer: la soledad. En la era de las redes sociales, de la hiperconectividad, son cada vez más los que se sienten solos".

Según el informe, el 90,5% de la población encuestada cree que tanto la soledad como el aislamiento están aumentando en la sociedad. El análisis por edad muestra que cuanto mayor es el encuestado lo piensa en mayor medida. El 92,3% de los mayores de 60 años creen que el sentimiento de soledad es generalizado y va incrementándose con los años. El porcentaje baja gradualmente hasta el 91,3% de quienes tienen entre 45 y 59 años; el 89,8% de los que tienen entre 30 y 44 años y el 87,5% de los menores de 30 años. Hombres y mujeres están de acuerdo en la tendencia en una proporción similar (90% y 91%, respectivamente).

Los mayores de 60 años, los que se sienten menos solos (14,7%)

El sentimiento de soledad en España ha doblado su incidencia en los últimos meses a consecuencia de la pandemia. Ahora, el 11% de los españoles confiesa sentir la soledad de un modo grave, cuando antes de la crisis apenas superaba el 5%. Según este estudio, más del 21% de la población siente aislamiento social, el 26% leve y el 3% de modo intenso. Además, el informe revela algo sorprendente: un 21,1% de las personas carece de un grupo de amigos. Todo esto ocurre mientras no dejamos de 'whatsappearnos', compartir y comentar imágenes en redes sociales, reunirnos por Zoom o hablar por el móvil.

Pero lo más significativo es que el sentimiento de soledad se dobla entre los jóvenes. O dicho de otra manera, los mayores son las personas que menos sienten la soledad: se han sentido solos el 14,7% de los mayores de 60 años, porcentaje que se duplica en el caso de los menores de 30 años, con un 31%. Por su parte, un 18% de las personas de entre 30 y 60 años sienten la soledad.

El estudio no desvela las causas por las que los mayores se sienten menos solos que los jóvenes. Alguna razón que podría explicarlo es la experiencia otorgada por los años y la diferencia de expectativas. La experiencia hace que tengamos unos valores asentados y que seamos realistas con lo que podemos esperar. Las personas de menos edad suelen tener una expectativa más alta que puede verse defraudada. Esta sensación, como sí reporta el estudio, puede llevar a una desafección en la que predominan sentimientos de aislamiento.

¿Quiénes están más satisfechos con su vida? Los mayores de 60 años (73%)

La satisfacción vital es un sentimiento subjetivo que tiene que ver con la propia experiencia y, de nuevo, con las expectativas. En este sentido, el informe España 2020 sí da buenas noticias. En España, el segundo país con mayor esperanza de vida, solo el 2,4% no está satisfecho con ella, mientras que el 70% está muy satisfecho. Paradójicamente, los que tienen la vida por delante muestran menos satisfacción en general con su vida. El porcentaje de satisfacción entre los jóvenes baja casi 20 puntos respecto al resto de la población: 54,6% vs. 70%.

Nuevamente, los más satisfechos son los mayores de 60 años, que alcanzan un 73%. Si atendemos a los estados civiles, los casados son los que tienen más altos porcentajes de máxima satisfacción con su vida: el 76%. Los viudos también se encuentran en esas valoraciones tan altas, con un 69,3%. En cambio, la satisfacción baja al 57% entre separados, 56% en solteros y 54% en divorciados.

Al considerar la satisfacción general con la vida por la actividad, los desempleados son los menos satisfechos, con un 41,6%. Los estudiantes son el colectivo menos satisfecho (57%), mientras que los pensionistas (73,5%), los dedicados a trabajos no remunerados (71,4%) y los trabajadores (69%) son quienes más manifiestan esa máxima satisfacción.

El dinero sí da la felicidad

Quienes tienen problemas económicos creen que la soledad aumenta mucho más, respecto a los que disfrutan de una economía más desahogada. Entre las personas que en enero de 2020 se estaban endeudando o tenían que recurrir a sus ahorros para cubrir los gastos mensuales, un 96% pensaban que la soledad y el aislamiento son cada vez mayores en nuestra sociedad. Entre quienes estaban ahorrando mucho en esas fechas desciende al 88% y quienes ahorraban un poco está en el 92%.

La insatisfacción con la vida se multiplica exponencialmente conforme descendemos en clase social a los estratos más pobres. No hay ningún caso de insatisfacción entre quienes disponen de dinero y logran ahorrar mucho. Por el contrario, el sentimiento de insatisfacción vital crece hasta el 12,5% entre las personas que tienen que endeudarse para llegar a fin de mes. Quizá estos valores puedan explicar en parte por qué algunos estudios muestran una relación entre una menor incidencia en las enfermedades mentales y la Renta Básica Universal. Uno de los últimos, publicado en la British Medical Journal, acaba así: "Las pruebas indican que una Renta Básica Universal podría ayudar a mejorar la salud mental y física de los beneficiarios".