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Origen turco, una hija y juntos desde la universidad: el matrimonio de 50 años detrás de la vacuna de Pfizer

  • Ugur Sahin (55) y Özlem Türeci (53) son la pareja de médicos tras la empresa alemana BioNTech, que trabaja junto a Pfizer en la vacuna anticovid

  • Alemanes, hijos de inmigrantes turcos y ambos con una carrera centrada en la investigación. contra el cáncer, el matrimonio podría dar un giro a la historia

  • Se conocieron en la Universidad del Sarre en Hamburgo y tienen juntos una hija

Este lunes se conocía una noticia que se ha recibido con optimismo en todo el mundo: las pruebas de la vacuna anticovid desarrolladas por la empresa alemana BioNTech junto a la farmacéutica Pfizer obtenían un 90% de efectividad en su tercera fase de ensayo. Y tras la biotecnológica y su iniciativa, hay dos cabezas pensantes cuyos nombres podrían pasar a la historia: Ugur Sahin, su director ejecutivo, de 55 años, y Özlem Türeci, su directora médica, de 53. Un matrimonio de médicos alemanes hijos de inmigrantes turcos especializados en la investigación contra el cáncer.

En 2008 fundaron junto al oncólogo austriaco Christoph Huber la empresa, cuyo valor en bolsa se disparaba tras dar a conocer la noticia de la vacuna. Huber aún forma parte del consejo de supervisión y BionNTech, con 1.300 empleados, está valorada en 21.900 millones de dólares, colocando a Sahin en la lista de las grandes fortunas alemanas -la primera de origen turco en el país germano, donde el estigma pesa-.

Investigando mano a mano desde la universidad

Pero este no es su primer proyecto laboral juntos. La pareja lleva colaborando mano a mano prácticamente desde que se conocieran en la Universidad del Sarre en Hamburgo, cuando él terminaba su doctorado en inmunoterapia y ella la carrera de medicina. En 2001 fundaron su primera empresa a medias, Ganymed, un nombre turco que según explicó el propio médico a Süddeutsche Zeitung, significa "ganado a través del trabajo duro". Con ella desarrollaron terapias de anticuerpos de precisión contra el cáncer. Un año después, en 2002, haciendo gala de hasta qué punto el "trabajo duro" es su mantra, se casaron sin ningún tipo de festejo tras una mañana cualquiera de trabajo en el laboratorio y allí volvieron tras firmar. Cuatro años después llegó su primera y única hija.

Vidas paralelas

Sus historias parecen escritas en paralelo. Tanto los padres de ella como los de él son inmigrantes de origen turco. Türeci sí nació en Alemania, en Baja Sajonia, y siguió el ejemplo de su padre cirujano estudiando medicina. Sahin nació en Alejandría pero a los cuatro años ya vivía en Colonia con sus padres. Ahora ambos imparten clases en la Universidad de Maguncia, donde residen, reconocidos como expertos a nivel nacional en inmunología y oncología experimental.

Cuando el viernes 24 de enero Ugur Sahin leyó el primer artículo sobre el coronavirus en The Lancet, la prestigiosa publicación médica, se puso manos a la obra. Tres días después, el lunes 27, acudió a la sede de su empresa, en bicicleta como cada día, y con una determinación: anunciar a todo el equipo el cambio de rumbo. Desde ese mismo día, la investigación se tornó hacia el nuevo SARS-CoV-2, contó el científico a Wall Street Journal. Y aunque a parte de la plantilla la idea no le entusiasmó porque andaban organizando sus vacaciones, desde ese día se trabaja en la vacuna más prometedora desde el inicio de la pandemia.