Hablar de feminismo con tus hijos: las pioneras españolas que nos lo pusieron más fácil
El feminismo siempre ha sido actualidad: desde hace siglos las mujeres han luchado por conseguir la igualdad
El 8 de marzo mujeres y hombres saldrán a la calle para unir su voz a favor del feminismo
En la escuela, en el parque o en su programa favorito de televisión. Tus hijos oyen como ahora la gente habla de feminismo más que en ninguna otra época. Pero el feminismo siempre ha sido una carrera de fondo en la que muchas mujeres defendieron ante todo sus libertades en épocas en las que no era fácil. Algunas aún ni aparecen en los libros de historia que estudian tus hijos. Son grandes desconocidas para ellos, pero lo cierto es que gracias a la primera semilla plantaron, hoy tú y tus hijos pueden hablar de feminismo.
“La igualdad de derechos de la mujer y el hombre”. Así define la Real Academia Española el feminismo, un movimiento que, a pesar de que en los últimos años ha cogido fuerza, es cada 8 de marzo cuando más se alza la voz. ¿Sabías que la ONU declaró en 1975 esa fecha como el Día de la Mujer Trabajadora? Desde entonces, millones de mujeres y hombres de todas las edades han salido a la calle para luchar contra la violencia de género, la brecha salarial o la discriminación.
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Si en la actualidad hay gente que ve el feminismo una tontería cuando la igualdad total entre los dos sexos no se ha conseguido y el machismo sigue incrustado en la sociedad, que pensarían de ello en el siglo pasado. En España las mujeres nunca han dejado de luchar a pesar de las zancadillas que la sociedad siempre les han puesto. Ellas se han levantado siempre, con el único fin de conseguir sus objetivos. Por eso, hoy conocemos algunas de la mujeres españolas que con sus actos del pasado, han hecho de hoy un mundo mejor.
Clara Campoamor
“La libertad se aprende ejerciéndola”, decía Clara Campoamor, una de las precursoras del feminismo en España. Ninguna frase la podría definir mejor, porque gracias a ejercer y defender su libertad, consiguió el sufragio femenino en nuestro país en 1931 mientras era diputada. Fueron muchos los debates que nacieron a raíz de la propuesta de Campoamor por el derecho de la mujer a votar. Discutió y discutió con compañeros de su propio partido e incluso con Victoria Kent, otra de las mujeres que habían conseguido entrar en el Congreso. Pero finalmente, después de mucho esfuerzo, lo logró, la votación de los diputados fue favorable.
No fue hasta las elecciones de 1933 cuando las mujeres pudieron hacer efectivo este derecho por el que la diputada había revolucionado en Congreso. Pero 1936 la libertad en España empezó a torcerse y, al inicio de la Guerra Civil, Campoamor tuvo que huir de España a Suiza, donde vivió exiliada hasta su muerte en 1972.
Carmen de Burgos
A principios del siglo pasado para la mujer era muy complicado acceder a trabajos que no fueran ‘de mujeres’. Pero muchas consiguieron, escalón a escalón, abrirse un hueco en un mundo de hombres. Algo así le sucedió a Carmen de Burgos en el periodismo. La almeriense logró convertirse en maestra, pero desde joven siempre se había mantenido como una voz viva en la defensa del feminismo, del divorcio, del sufragio universal y de la eliminación de leyes sexistas.
Entonces le llegó su gran oportunidad. Comenzó a escribir en la columna ‘Lecturas para las mujeres’ del Diario Universal, aunque no se la conocía por su nombre, sino por el pseudónimo ‘Colombine’. Gracias a su labor periodística, pudo dar voz a temas feministas y reivindicaciones sociales. Pero sin duda, una de las hazañas por la que hoy es recordada fue su viaje a Marruecos, desde donde ejerció de corresponsal de guerra, un hecho histórico para una mujer de aquella época.
Emilia Pardo Bazán
En pleno siglo XIX no cualquiera podía permitirse unos estudios. Todo dependía de la situación económica de la familia, y eso fue algo que Emilia Pardo Bazán supo aprovechar, convirtiéndose en novelista, periodista, traductora, catedrática universitaria y un largo etcétera. Todo esto la escritora lo utilizó para luchar por sus derechos y los del resto de mujeres, pero como solía ocurrir en la época, recibía críticas y discriminación. Tanta, que incluso se le negó varias veces su ingreso en la Real Academia Española a pesar de haber construido una carrera más que sólida.
La firmeza con la que defendía sus convicciones y la necesidad de que las mujeres tuviesen los mismos derechos y oportunidades que los hombres en sus obras, artículos o cuando hablaba en público, la llevó a ser la primera catedrática de Literatura de la entonces Universidad Central de Madrid.
Concepción Arenal
Si para un hombre en el XIX acceder a estudios universitarios dependía de su estatus social y su economía, para la mujer directamente era imposible. Era un privilegio más de ellos. Pero Concepción Arenal no se rindió, ella quería ir a la universidad. Se vistió y peinó como un hombre y acudió a la Facultad de Derecho de la Universidad de Madrid.
Así duró un tiempo, pero terminó siendo descubierta, en parte por la curiosidad que suscitaba entre sus compañeros de facultad. El rector decidió darle una oportunidad, debía superar un examen para demostrar que era capaz de estar ahí. Concepción Arenal calló todas las bocas y lo aprobó, por lo que pudo seguir yendo a clase, pero sin matricularse ni obtener su título universitario. Por desgracia, seguía sin permitirse la enseñanza a las mujeres. Concepción Arenal no lo dudó y luchó por su futuro y por el del resto de mujeres, convirtiéndose, sin querer, en un referente feminista.
El feminismo avanza, pero no se olvida de todas las mujeres que en el pasado dieron un paso al frente, como Clara Campoamor o Concepción Arenal, para que hoy la igualdad real este más cerca que nunca y el feminismo pueda ganar la batalla definitiva al machismo. El 8 de marzo las calles se llenarán de lazos violetas reclamando la igualdad real.