Envejecimiento positivo: cuando se siente orgullo por el paso del tiempo en el cuerpo
Algunas celebridades son nuestra mejor inspiración. Con arrugas o achaques, dan lecciones de estilo cada día y nos marcan el paso
La confianza en uno mismo se refleja en la que imagen que proyectamos. Pierce Brosnan y Sharon Stone son dos claros ejemplos
Satisfacción con el físico no es aparentar menos edad, sino aceptar la edad y lucir los años con gusto
La actitud marca la diferencia según vamos cumpliendo años. Actitud para quitarle fealdad a la imagen que nos devuelve el espejo. Actitud para no empeñarnos en la inmortalidad, sino en sanar nuestra vida y llenarla de optimismo. Actitud para sentirse deseable. Actitud para portar con orgullo el cuerpo sin creerse excluido de la sociedad. Y actitud para no perder ni la seducción ni la vitalidad de la juventud.
Envejecimiento positivo significa aceptar envejecer como un proceso natural y vivirlo con alegría y orgullo. Hay que agradecer a muchas personas, anónimas o conocidas, que nos están marcando el paso y dan lecciones de estilo cada día. Cuidarse ayuda a mantenerse bien físicamente y las claves son básicas: una alimentación saludable, ejercicio y sueño reparador.
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A partir de ahí, uno le pone a la vejez el toque que más le guste: elegante, moderno, rockero, atrevido, clásico o sobrio. Si es el que va contigo, te hará sentir atractivo sin que importen las velas que soples.
En esto las celebridades son nuestra mejor inspiración. Te dejamos una galería de famosos que han conseguido la mejor combinación del paso del tiempo y satisfacción con su cuerpo.
Sharon Stone: graciosamente imperfecta
Sharon Stone nos ha acostumbrado a verla en su cuenta de Instagram al natural. Sin maquillaje y sin demasiado artificios. Con 65 años posa en bikini y bromea sobre su cuerpo. A cada imagen le sigue una ola de comentarios favorables de usuarios que agradecen que no necesite el cuerpo esculpido que lucía en 'Instinto básico' para posar en traje de baño, tanga de estampado leopardo o topless. Ella misma describe su figura como "graciosamente imperfecta" y eso le da un atractivo sublime.
Pierce Brosnan, sex simbol a los 49 y a los 70
El actor, de origen irlandés, es un icono y no solo por sus películas, también por su estilazo y su forma de vestir la edad. Fue un sex simbol en los 90, con sus interpretaciones de James Bond, y lo es ahora con su nueva forma de arriesgar, pero sin dejar de estar siempre impecable. Hay que admitir que su atractivo ha ido creciendo exponencialmente desde que empezaron a asomar las canas. También las arrugas del rostro parecen haberse convertido en un buen aliado, igual que su innata elegancia o la rutina de ejercicios que practica a diario. Está en buena forma y lo nota.
Anthony Varrecchia, el zorro plateado
Acaba de entrar en los sesenta y, sin ser viejo, este entrenador e influencer con más de 192.000 seguidores en su cuenta de Instagram, potencia esos rasgos que van apareciendo con la edad, como las canas o la expresión marcada por las arrugas. Creció con muchas inseguridades, pero los años han revertido esa confianza en sí mismo y ha conseguido ser una persona muy inspiradora para mucha gente. Esculpe su cuerpo al mismo tiempo que su cerebro y eso causa furor en las redes, más allá de sus imponentes músculos. Es un ejemplo de cómo la pasión y la dedicación son esenciales para ganar autoestima.
The Spanish King, la belleza de lo antiguo
Si a la actitud quisiésemos ponerle nombre, la llamaríamos The Spanish King. Es el apelativo artístico de Andrés García-Carro, el coruñés que, a sus 91 años, arrasa como modelo en su cuenta de Instagram. Con una media melena envidiable, trabaja con numerosas marcas de lujo y se ha hecho especialmente popular con sus colaboraciones con C. Tangana, Arón Piper o, más reciente, Alfred García en Benidorm Fest 2023. "En un mundo en el que todo el mundo tiene que ser o parecer joven, Andrés nos trae la experiencia y la belleza de lo antiguo", escribió el cantante catalán en su red social junto a varias fotos con el influencer y el skyline de Benidorm de fondo.
Debutó como modelo con 88 años de la mano de su nieta Celine, que trabaja para la revista parisina L’Officiel, y le gustó. Le encanta posar, vestirse, exponer su cuerpo y sentirse bello. "Cómo tú te sientas es cómo te va a ver el mundo", dice. Él lo tiene claro: es joven de espíritu. Y desde que se rodea de artistas jóvenes, nota que le han contagiado su juventud, le han dado años de vida. Aún le queda un sueño por cumplir: "Me gustaría ser el malo en una película de Tarantino, con eso ya me retiro".
Sara Blanco: "mejor ser absolutamente ridículo que absolutamente aburrido"
A veces la vejez cursa con enfermedad. Pero ni siquiera una patología tan delicada como es el Parkinson avanzado de Sara Blanco ha sido suficiente para dejar de sentirse bella. Al contrario, esta nonagenaria brilla como nunca en su cuenta de Instagram tiñendo de llamativos colores sus temblores, su movilidad reducida o esa pérdida progresiva de neuronas que trae el Parkinson. "La vida es una aventura atrevida o nada en absoluto", escribe.
Frente a la cámara se siente coqueta y su optimismo acaba siendo pegadizo. Cada día nos regala una hermosa imagen acompañada de su particular filosofía de vida. Vallisoletana de nacimiento, empezó su aventura en Instagram en plena pandemia animada por sus hijas. Al principio enseñaba sus recetas mientras cocinaba y vio que le divertía, que sus días grises habían terminado. Entendió también que era un modo de visibilizarse como mujer, mujer nonagenaria y mujer nonagenaria con Parkinson. Enseguida sumó su otra gran pasión, la moda, y se descubrió seductora y hermosa. Le diagnosticaron este trastorno neurodegenerativo hace diez años y, desde entonces, se enfrenta a las múltiples complicaciones. No quiere ser ejemplo de entereza, sino mostrar que "la imperfección es belleza, la locura es genialidad y es mejor ser absolutamente ridículo que absolutamente aburrido".