Volver a enamorarse tras una ruptura: cinco detalles que dicen que te está pasando
Con una esperanza de vida superior a los 80 años, las personas de 50 viven una segunda juventud, también en lo que respecta a relaciones sentimentales
Para enamorarse hay que estar preparado: haber superado cualquier ruptura y estar dispuesto a explorar nuevas historias
¿Nos vemos con la nueva pareja a largo plazo, la incluimos en todos nuestros planes? Estas son algunas de las preguntas que debemos hacernos para saber si estamos realmente enamorados
El número de rupturas matrimoniales (separaciones, divorcios y nulidades) aumentó un 13,2% en 2021 hasta alcanzar los 90.582, cifra algo más alta tras la caída registrada en 2020 debido a la pandemia, según la Estadística de Nulidades, Separaciones y Divorcios del Instituto Nacional de Estadística (INE). El informe revela también que el 32% de los divorcios en 2021 se produjeron después de 20 o más años de matrimonio y que la edad media de los cónyuges en el momento de la ruptura es de 45,6 años para las mujeres y de 48 años para los hombres.
Más rupturas (y más nuevos comienzos) entre los 40 y los 50
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La franja de edad donde se producen más rupturas es entre los 40 y los 50 años, seguida de la franja de los 50 a los 60. Si hace 20 años, muchos no se atrevían a dar el paso de romper; ahora, con una esperanza de vida superior a los 80 años, las aspiraciones personales cambian. ¿Vamos a estar 30 años instalados en una mala pareja o un mal matrimonio? Parece que no. Aún más cuando entra dentro de lo posible que podamos enamorarnos de nuevo. ¿Cómo darnos cuenta de que va en serio? Hay cinco señales que lo anticipan. Pero antes de conocerlas, vayamos por partes.
Cortar los vínculos anteriores
Para desear una nueva relación, previamente ha habido una desvinculación con la pareja anterior, aunque no se haya expresado. Puede haber varios escenarios. En el primero, la relación ya no funciona y se busca fuera lo que no se tiene dentro de la pareja. En el segundo, la relación va bien aparentemente, pero puede haber una ruptura inesperada.
En este caso, la pareja abandonada se enfrenta a un sufrimiento importante y para superarlo tiene que experimentar tres fases: la aceptación (la separación es irreversible), el aprendizaje (no volverá a ocurrirme lo mismo) y la superación en sí misma (estoy preparado para una nueva relación).
En esta última fase es posible enamorarse de nuevo. El enamoramiento surge cuando hay intención de conocer a alguien: hay una búsqueda activa para encontrar a alguien que se adapte a lo que necesitamos.
¿A los 50 podemos enamorarnos como a los 20?
Detrás de las primeras arrugas o de algunas circunstancias vitales que no son propicias, hay un corazón con ganas de emociones. Habitualmente, pensamos que cuanto más mayores somos tenemos menos posibilidades de enamorarnos, pero la realidad es que el amor no tiene edad. Y si echamos la vista a nuestro alrededor veremos que hay parejas de 50 que están comenzando una nueva vida locamente enamorados.
Sin embargo, es cierto que la experiencia nos hace más cautos. A los 20 años puedes enamorarte con más rapidez porque bastan las sensaciones y hay tendencia a idealizar la personalidad del otro miembro de la pareja.
Sin embargo, el aumento de la esperanza de vida hace que a los 50 se viva una segunda juventud. Tras superar la separación, muchos hombres y mujeres se sienten jóvenes, se sienten fuertes, los hijos son más mayores y pueden empezar a vivir de nuevo.
¿Cómo saber cuándo va en serio?
Lo primero es diferenciar si se trata de un capricho o de algo más importante. A veces se pasa por crisis de convivencia que nos hacen distanciarnos de nuestra pareja e idealizar a otras personas. Pero no se trata realmente de amor. ¿Cómo darnos cuenta de que esa nueva relación va en serio? Las cinco señales que indican que es una historia profunda son:
- Crees que esa persona puede acompañarte en todas las facetas de tu vida, no solo en el plano sexual.
- Te ves viviendo con ella a largo plazo. Hay veces que nos relacionamos con parejas de transición, pero sabemos que no es la persona definitiva, sino alguien que nos ayuda a superar una circunstancia.
- Quieres presentarla a tu entorno. Además, elaboras continuamente planes para estar con ella.
- Necesitas profundizar en el compromiso. El sentimiento es tan fuerte que, incluso viniendo de un divorcio, te planteas casarte.
- Sientes que te aporta estabilidad mental y emocional.
Hay que responderse sobre estas cuestiones de manera sincera y honesta. Lo importante es no precipitarse y estar dispuesto a explorar la nueva relación sabiendo que, si no funciona, seremos más sabios. Y si lo hace, seremos más felices.