Cuando uno pasa de los 50 empieza a pensar de vez en cuando en cómo será su vida tras la jubilación. Es una oportunidad de empezar de nuevo. Con más de 20 años por delante, da para hacer planes de todo tipo, desde recuperar amistades descuidadas, a viajar, practicar deportes, probar nuevas aficiones o retomar las que las obligaciones laborales nos arrebataron. Inevitablemente, surge la pregunta ¿me llegará el dinero para todo lo que quiero hacer?
No nos preparan para jubilarnos, pero sí podemos planificar nuestra economía para que el tiempo después del curro sea realmente ‘jubiloso’. ¿Cuánto voy a necesitar para no pillarme los dedos? ¿Cuándo tengo que empezar a ahorrar? ¿Cuánto guardo al mes? Te damos algunos consejos de mano de los expertos de VidaCaixa.
Traza un plan de ahorro y síguelo con disciplina. Lo primero que has de saber es de cuánta renta vas a disponer una vez que te hayas jubilado. Para ello es esencial saber qué pensión te va a quedar. Lo mejor es entrar en el simulador de la Seguridad Social. Puedes entrar de muchas formas y no es necesario tener certificado digital ni DNI electrónico, incluso puedes hacerlo vía sms.
El simulador calcula la pensión que va a quedarte el día que te corresponde jubilarte, pero también te permite simular cuánto ganas o pierdes si te jubilas antes o después. Para que los cálculos sean más precisos, debes incluir si has tenido hijos a tu cuidado o menores acogidos, si has solicitado el complemento para la reducción de la brecha de género, si tienes reconocida alguna discapacidad, si has tenido trabajos que permitan anticipar la jubilación o si has trabajado en el extranjero.
Una vez sepas lo que te queda de pensión (y de otros posibles ingresos fijos que puedas tener), réstale los gastos fijos mensuales y esos extras sin los que no puedes pasar (recuerda que todo tu tiempo será de ocio) y podrás hacerte una idea de lo que vas a necesitar de complemento para mantener el nivel de vida que deseas o que te puedes permitir. A esto se le llama ‘objetivo de ahorro’.
Para alcanzar nuestro ‘objetivo de ahorro’ hay que establecer un plan. Lo primero es fijar un horizonte temporal, en cuánto tiempo quiero conseguir mis objetivos. Será directamente proporcional a la cantidad de ahorro final que se puede conseguir e indirectamente proporcional al esfuerzo de ahorro. Es decir, cuanto antes se empieza a ahorrar, más pequeñas pueden ser las aportaciones periódicas y más capacidad de generar intereses tendremos.
Lo segundo es identificar el perfil de riesgo de cada cual. Este factor determina la exposición a renta variable que tiene la cartera en la que se invierte. Es posible adoptar un perfil más conservador, con mayor foco en la renta fija, o un perfil más agresivo, con más exposición a renta variable. Si te queda mucho para jubilarte, lo más sensato es beneficiarse del crecimiento que la renta variable puede aportar teniendo la ventaja de que el largo plazo amortiguará la volatilidad. Si te falta poco, te conviene adoptar un perfil más conservador y acudir a la renta fija.
El mejor momento para empezar a ahorrar de cara a la jubilación es cuanto antes. Cuanto antes empieces, más ahorro acumularás, y menos esfuerzo necesitarás para alcanzar tus objetivos de ahorro.
No importa la edad en la que empieces a ahorrar. No hay edad tope para comenzar. Si hasta ahora no has podido, no importa, empieza hoy, existen muchas posibilidades de inversión y con un buen asesoramiento profesional conseguirás rendimientos que mejorarán tu renta en la jubilación.
La mejor herramienta para que tu plan de ahorro funcione es la constancia. Aporta siempre, aunque sean pequeñas cantidades, y no lo retires nunca, a no ser por causas de fuerza mayor.
En general, los expertos aconsejan apartar entre un 10% y un 20% de los ingresos mensuales. Otra fórmula popular es la “regla 50-30-20” que predica dedicar el 50% de los ingresos para lo básico (casa, suministros, alimentación, transporte), el 20% al ahorro a largo plazo y el 30% restante para ocio y aspectos del proyecto de vida de cada uno. El ahorro periódico y sistemático tiene recompensa porque la rentabilidad se suma a nuestro esfuerzo, haciendo crecer el importe total. Por ello, la mejor opción es ahorrar cada mes, como si fuese un gasto fijo y, sobre todo, no tocarlo.
Tú debes poner la disciplina y la constancia, son el primer paso la alcanzar los objetivos de ahorro, pero esto solo no basta. El mundo de las inversiones es un terreno difícil donde se manejan muchas claves que dependen de información que no tenemos a nuestro alcance, o que nos es complicado conseguir.
La mejor manera de sacar el máximo rendimiento a tus ahorros es dejar las decisiones de inversión en manos de expertos. Debes integrarlos en tu plan de ahorro como parte esencial de tu equipo. Mantener contacto periódico con ellos te permitirá modificar el plan si es preciso, y tomar decisiones informadas. Así será más fácil conseguir una renta suplementaria para que tus días de jubilación sean mejores, recuerda que es donde vas a pasar el resto de tu vida.