Por qué sudar más es señal de que estás en tu mejor momento físico
La ciencia ha descubierto evidencias que relacionan una mayor sudoración con un buen estado de forma
Quien está habituado a hacer ejercicio, tiene su organismo acostumbrado a una respuesta rápida de refrigeración
Deja de tener vergüenza por sudar: ¿y si fuera una ventaja evolutiva?
Seguramente te ha ocurrido alguna vez que cuando has empezado a hacer una de tus rutinas de entrenamiento, ya sea running, spinning o crossfit, has roto a sudar enseguida, hasta el punto de quedar totalmente empapado cuando aún te queda mucho ejercicio por delante. Y te pasa aunque no tengas sobrepeso y el día no sea de mucho calor. Pues puede que te sorprenda que la razón de ese exceso de sudoración se debe a que estás en plena forma.
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La ciencia ha descubierto evidencias que relacionan ambos aspectos. Por ejemplo, un estudio del Colegio de Medicina de la Universidad de Soochunyang (Corea del Sur), publicado en la revista médica PLOS ONE, reveló que los corredores habituales de grandes distancias sudaban antes con más profusión que los deportistas ocasionales.
Producción de la glándula sudorípara
Esto tiene una explicación muy sencilla, y es que sudar es una respuesta del organismo para mantenerse a salvo en situaciones de estrés y enfriar el cuerpo. Quien está habituado a hacer ejercicio de manera regular, tiene su organismo acostumbrado a una respuesta rápida en situaciones en las que tiene que refrigerar.
Cuando empieza a subir la temperatura del organismo, este envía una señal a las glándulas sudoríparas para que empiecen a producir sudor en la superficie de la piel. A medida que las gotas de sudor se calientan, parte del sudor se evapora, disipando así el calor y dejando un sudor líquido más fresco que logra rebajar la temperatura.
Este proceso se ha ajustado mejor y perfeccionado más en los deportistas más en forma que en aquellos que no están acostumbrados a exigirse con regularidad. De hecho, al entrenar más fuerte lo que hace nuestro cuerpo es adaptarse a esa necesidad de resistir más tiempo o con más intensidad, lo que provoca una mayor necesidad de estabilización de la temperatura corporal. Por eso sudar más y más rápido es más una cuestión imperativa cuando se está en un buen momento físico.
Sudar no es adelgazar
Lo que sí hay que tener claro es que sudar mucho no es un método efectivo de adelgazamiento. Es decir, correr con una bolsa de basura para aumentar el calor y ocurrencias similares solo servirán para deshidratarse, con sus consiguientes efectos no saludables. La eliminación de tóxicos se produce gracias al trabajo del hígado, riñones y pulmones, no de la piel, que es donde se produce la sudoración.
"Más del 99% del sudor es agua, además de algunos electrolitos como la sal", explica la Sociedad Internacional de Hiperdrosis. Y además, al rehidratarnos recuperaremos la misma cantidad de agua que había en el cuerpo. Por otra parte, los expertos indican que la mayor parte de la energía que se gasta durante un ejercicio provocan una liberación de energía que produce calor y apenas un 20 % produce la quema de calorías.
También conviene tener en cuenta que la sudoración no depende únicamente de la exigencia del ejercicio, también está condicionada por el sexo, las condiciones climáticas y la hidratación. Lógicamente, si se estrena a temperaturas muy bajas, el cuerpo tampoco se calentará tanto y no será necesaria tanta sudoración para refrigerar.