El avance del tiempo va dejando su poso en nuestra piel que empieza a mostrar los primeros signos del envejecimiento en el rostro para después reflejarse en el escote y en el cuello. Estas arrugas, que no le gustan a nadie, en verdad significan que seguimos disfrutando de la vida. El avance de la cosmética hace posible retrasar su aparición o atenuarlas además de proporcionar vitalidad gracias a ese aporte de nutrientes que la piel va perdiendo. En Uppers hemos recopilado las cremas antiarrugas que realmente funcionan, con precios de 29 a 1.000 euros para ajustarse a todos los bolsillos.

Ese lógico envejecimiento del organismo, la genética y otros factores medioambientales conllevan la pérdida de elastina y de colágeno, dos proteínas esenciales de la piel que son las responsables directas de su firmeza y de su elasticidad. Por tanto, todo cosmético que pretenda combatir las líneas de expresión o aminorar las arrugas más profundas del rostro deben contener en su formulación estas proteínas.

De la misma manera tiene que incorporar antioxidantes como la vitamina C o el retinol que aportan luminosidad y promueven la regeneración celular, porque disminuyen las líneas de expresión reafirmando el tejido. Incluso la vitamina C es despigmentante de modo que logra reducir las típicas manchas que aparecen con el envejecimiento. Otros péptidos como el ácido salicílico o el ácido glicólico cumplen una función muy importante a la hora de regenerar las células y con ello iluminar el rostro.

Sin embargo, no es suficiente, pues la piel madura pierde hidratación acentuando las arrugas, así que estas cremas antiarrugas igualmente deben estar formuladas con compuestos como el ácido hialurónico o la vitamina B. El ácido hialurónico no solo penetra en la piel y ayuda a absorber el agua para rellenar las arrugas sino que estimula la producción de colágeno.

Por su parte, a partir de la vitamina B es posible incorporar activos que derivan de ella (biotina, niacinamida o pantenol) y que tienen la función de disminuir esa pérdida de agua en la piel que genera el envejecimiento. Por último, otro de los ingredientes que una crema de este tipo debe contener es un protector solar (un SPF 50 como mínimo) y en su ausencia es obligatorio aplicárselo aparte para evitar los daños tan perjudiciales de la radiación solar.

A partir de aquí, antes de decantarse por una crema, por un lado, hay que conocer el tipo de piel (seca, grasa, mixta, sensible o atópica) que además puede variar con la estación del año y con la edad lo que determina la textura con una consistencia más pesada y oleosa hasta las ultraligeras. Por otro lado, se debe valorar el estado de la piel para seleccionar aquella crema que cumpla con las máximas necesidades además de combatir las arrugas, ya que unos cosméticos inciden en mayor medida en la hidratación, en la luminosidad o en la despigmentación, entre otros.

Están ordenadas de menor a mayor precio, según informa la web de cada marca:

Es probable que existan muchas otras antiarrugas tan eficaces como las nombradas y de precios mucho más asequibles. No obstante, lo importante es cómo se aplican ya que si se desea que una fórmula haga efecto debe entrar en contacto con la piel una vez se ha limpiado en profundidad. Otra condición es la paciencia pues ningún cosmético ofrece resultados inmediatos sino que hay que esperar a que poco a poco vayan dando la cara sus beneficios.