'Sin conservantes, ni colorantes. Solo ingredientes naturales". Ya debes sabértelo de memoria, es siempre la misma retahíla. Los alimentos sin (lactosa, aceite de palma, gluten, pesticidas, toxinas, etc.) reinan en las estanterías de los supermercados y nos seducen porque pensamos que son mejores para la salud. Las campañas de marketing han puesto de su parte para que suceda. ¿Cuánto de cierto hay en todo esto? Hay organizaciones y profesionales que han alzado la voz sobre los peligros de consumir estos productos cuando no es necesario.
Por ejemplo, hay estudios que revelan que consumir alimentos sin gluten y no ser celíaco aumenta el riesgo de sufrir diabetes tipo 2. Por eso vuelve a la carga José Manuel López Nicolás, Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular y Vicerrector de Transferencia y Divulgación Científica de la Universidad de Murcia, para poner un poco de cordura y quitarte ese miedo. Dale al play.
En cualquier caso, te adelantamos que para que una sustancia sea utilizada en la fabricación de alimentos debe pasar controles rigurosos según el reglamento del Parlamento Europeo. De manera que, si alguien lo tomara en exceso, no tuviera ninguna repercusión en la salud. Por otro lado, también es posible que recurras al etiquetado de alimentos, que desde el 1 de abril de 2020 presenta algunas novedades: en el mismo campo visual deben aparecer el origen del producto y la procedencia de los ingredientes.