Una de las preguntas que más se repiten cuando iniciamos una rutina para ponernos en forma es cuál es el mejor momento del día para entrenar. A pesar de que hacer deporte es beneficioso independientemente del momento del día en que decidamos calzarnos las deportivas y salir a correr o levantar peso, son muchos los que se preguntan de si será mejor realizar estos entrenamientos por la mañana, antes de ir al trabajo, o por la noche, cuando ya hemos acabado con todas nuestras obligaciones.
A lo largo de los años, se han publicado diversos estudios que han analizado las ventajas de entrenar en ambas franjas horarias. En el caso de los entrenamientos por la mañana, varios trabajos defienden que hacer deporte en esta franja horaria puede ayudar a mejorar el ciclo del sueño, el estado de ánimo y la concentración. Además, también permitiría reducir los niveles de estrés y ayudaría a que las personas se mostrasen más activas durante el resto del día.
En el caso de los entrenamientos nocturnos, en cambio, los estudios señalan que estas rutinas permiten alcanzar un rendimiento físico mayor y favorecen el aumento de masa muscular. Además, también ayudarían a reducir el estrés y a adoptar unos hábitos de vida más saludables.
Aunque ambas rutinas de entrenamiento aportan distintos beneficios, cuando empezamos a practicar deporte de manera regular muchas veces lo hacemos con un objetivo concreto: bajar de peso. Y, por ello, es bastante común preguntarse si se queman más calorías por la mañana, generalmente en ayunas y antes del desayuno, o por la noche, cuando ya se han hecho prácticamente todas las comidas del día.
En este caso, tampoco existe un consenso claro entre los expertos, aunque un reciente estudio publicado en el medio especializado Frontiers in Physiology y elaborado por científicos estadounidenses ha intentado arrojar algo de luz al tema.
Este trabajo se ha realizado analizando la evolución durante doce semanas de 30 hombres y 26 mujeres con una edad comprendida entre los 25 y 55 años de edad. Estos voluntarios, que llevaban una vida sana y activa, tuvieron que llevar a cabo una rutina de ejercicios variada y fueron divididos en tres grupos con distintos horarios: uno a las 8:30, uno a las 18:00 y uno a las 20:00. Además, recibieron un plan de alimentación específicamente diseñado.
Para sacar sus conclusiones, los investigadores se centraron en cinco parámetros: la tensión sanguínea, la grasa corporal, la flexibilidad, la fuerza y la capacidad aeróbica. En base a estos datos, descubrieron que todos los participantes, independientemente de la hora que se les hubiera asignado, mejoraron su salud y que las variaciones horarias afectaban de manera distinta a hombres y mujeres.
En concreto, el estudio reveló que las mujeres perdían más calorías si entrenaban por la mañana, mientras que los hombres quemaban más si entrenaban por la tarde. En este sentido, desde el estudio señalan que los mecanismos hormonales que tienen ambos sexos podrían estar detrás de esta diferencia, aunque las causas aún no están claras.
Sea como sea, si estás pensando en apuntarte al gimnasio para adelgazar y ponerte en forma, es importante que tengas en cuenta que la mejor hora para practicar deporte será siempre aquella que puedas incorporar de manera sencilla a tu rutina y que lo importante, en estos casos, no son los resultados inmediatos, sino la constancia. Por eso, elige siempre la franja que mejor se adapte a tu estilo de vida.