Las lágrimas de Federer y Nadal que han emocionado a todos en el adiós del suizo
Los dos protagonistas de una de las más grandes rivalidades de la historia acabaron entre lágrimas desconsoladas
"De alguna manera se va una parte también de mi vida", admitía Nadal tras el adiós de Federer en el O2 Arena
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Era el último baile del gran caballero de las pistas de tenis. Tanto Roger Federer como su némesis, Rafa Nadal, sabían muy bien que el partido de dobles disputado en el O2 Arena londinense como parte de la Laver Cup marcaba el fin de una era, y ninguno de los dos protagonistas de una de las más grandes rivalidades de la historia del deporte pudo aguantar la emoción. Ambos acabaron entre lágrimas desconsoladas en una imagen que ha impresionado a todo el mundo, que ya mira a los dos campeones con una nostalgia incontenible.
El resultado era lo de menos. Roger y Rafa, de 41 y 3 años, perdieron ante Frances Tiafoe y Jack Sock (6-4, 6-7 [2], 6-7 [9]), pero lo que importaba era despedir como se merecía al suizo, apoyado en todo momento por su gran rival y amigo, protagonistas de hasta 40 duelos inolvidables durante su carrera. No hubo un juego brillante en esa atmósfera festiva, aunque sí fogonazos, golpes de esos que solo Roger podía ejecutar. El helvético resistió las más de dos horas de partido con aparente suficiencia a pesar de esa rodilla que ha terminado siendo un obstáculo insuperable.
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"Ha sido maravilloso. Estoy feliz, no triste"
Cuando Roger se sentó por última vez en el banquillo, la emoción se desbordó. El helvético sollozaba y a su lado su amigo no podía contener tampoco las lágrimas. Roger apoyaba su mano sobre un desconsolado Rafa en una imagen que resume lo que siempre debería ser el deporte.
"Ha sido maravilloso. Estoy feliz, no triste. He disfrutado de ponerme mis zapatillas una última vez... He tenido a mis amigos, a mi familia, a compañeros... Estoy contento de haber jugado el partido", decía un Federer roto por la emoción. Su mujer, en la grada, le veía también con los ojos llorosos. Roger explicaba que tenía "miedo" a lesionarse más de lo que ya está, pero finalmente pudo completar lo que había sido un "viaje perfecto". Ponía así punto y final a 24 años de carrera dejando atrás 20 títulos de Grand Slam, 103 torneos ganados, 310 semanas como número y uno de los estilos de juegos más elegantes y vistosos de la historia.
Nadal: "Al final llorar es bueno también"
“Soy una persona bastante sensible. Al final llorar es bueno también. A veces necesitas soltar estas emociones y bueno, de alguna manera se va una parte también de mi vida. O sea que es difícil”, dijo después el balear en zona mixta. "Para mí era importante porque sabía lo importante que era para él. Tengo una relación personal bastante estrecha desde hace mucho tiempo (...). Yo no me he retirado aún, pero sé que, cuando uno lleva tiempo con lesiones, que no ve el final, es frustrante y en ese sentido para él han sido tiempos difíciles, con recuperaciones que llevan mucho tiempo, mucho esfuerzo mental y al final te das cuenta de que no llegas", dijo Nadal.