Modo Navidad: el ejercicio que quema grasa y quita el hambre
No darte un banquete de comida después de entrenar es posible: el ejercicio que quema grasas y reduce el apetito
El el HIIT, es decir, entrenamientos de intervalos a una gran intensidad
El esfuerzo logra que la molécula Lac-Phe llegue a máximos, reduciendo el hambre tras haber quemado grasa
Si hay algo en lo que coincidimos todos es que en alguna ocasión hemos soñado con una cosa: comer sin engordar. Lo cierto es que eso, a no ser que tengas un metabolismo propio de los dioses, es algo complicado, especialmente si no se hace nada de deporte. Sin embargo, a veces hacer ejercicio hace que nos dé más hambre, es lo que tiene agotar energía. Pero ¿hay un entrenamiento que te ayude a adelgazar a la vez que a quitarte el hambre? Pues parece que la ciencia ha dado con ejercicio. Toma nota.
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Según un estudio reciente publicado en la revista Nature, la clave de todo se encuentra en una molécula que se produce después de hacer ejercicio y ayuda a reducir la sensación de hambre. Una molécula que aparece en mayor cantidad después de grandes entrenamientos frente a los más sencillos, por lo que sugieren que hacer ejercicio fuerte es la clave para quemar grasa y no abrir el pico más de la cuenta después.
¿Y cuál sería el ejercicio ideal? El HIIT, es decir, el entrenamiento de intervalos de alta intensidad. Es tal el agotamiento, que es normal no tener hambre después de tremendo esfuerzo. Eso sí, ni tanto ni tan poco, mejor comer algo, sano eso sí, para recuperar las fuerzas.
La molécula clave
Así, los científicos descubrieron que la clave está en la molécula Lac-Phe, que se sintetiza a partir del lactato (responsable de la sensación de quemazón en los músculos) y la fenilalanina (componente básico de las proteínas).
Analizado en ratones, aquellos a los que habían inducido obesidad, una dosis alta de Lac-Phe logró suprimir alrededor de un 50% la ingesta de alimentos en comparación con los ratones del grupo de control. “Esto sugiere que el Lac-Phe es un sistema antiguo y conservado que regula la alimentación y está asociado a la actividad física en muchas especies animales”, explicó uno de los autores del estudio.
Pruebas en humanos
También se ha probado en humanos con ocho jóvenes sanos que hicieron diversos ejercicios tres veces diferentes. Una primera pedaleando a un ritmo pausado durante 90 minutos, luego levantando pesas y, por último, realizando varios sprints de 30 segundos en una bicicleta estática. ¿Qué pasó? Que los niveles de Lac-Phe llegaron a su nivel más alto al finalizar cada entrenamiento, principalmente tras los sprints.
Es decir, cuanto más intenso es el ejercicio, más cantidad de esta molécula se produce y, por tanto, más disminuye el apetito, por eso se aconseja el HIIT.