El método Vilpa o cómo aprovechar la actividad física camuflada que hacemos en el día a día
Consiste en aprovechar los movimientos físicos que hacemos en nuestra rutina diaria, pero realizados de manera vigorosa en breves intervalos
Este tipo de actividad física tiene beneficios cardiovasculares y de prevención del cáncer
51 años, conductor, tres hernias discales y cero dolor: "El entrenamiento personal me ha cambiado la vida"
Sabemos que hacer ejercicio es esencial para mejorar nuestra calidad de vida, pero no siempre encontramos tiempo en nuestro día a día para practicarlo. Con la excusa del trabajo, la casa o las tareas de los hijos, muchas veces nos olvidamos la importancia de cuidar el cuerpo y nos abandonamos más de lo deseable al sedentarismo. De hecho, la OMS alerta que más de una cuarta parte de la población adulta mundial no llega al nivel mínimo de actividad física.
MÁS
En ese sentido, existe un método que permite aprovechar aquellos movimientos físicos que realizamos camuflados en el día a día, solo que realizados de manera vigorosa en breves intervalos. Por ejemplo, caminar dos minutos a ritmo rápido o subir escaleras de manera veloz. Es lo que se llama Vilpa (vigorous intermittent lifestyle physical activity, o actividad vigorosa intermitente), y tiene efectos muy beneficiosos sobre la salud, según un estudio publicado en la revista 'Nature' en el que participaron más de 25.000 individuos.
Una gran cantidad de beneficios para la salud
Practicar tres o cuatro ráfagas de esta actividad física camuflada al día (unos 30 minutos a la semana) "tiene efectos favorables sobre las enfermedades cardiovasculares y los factores de riesgo de cáncer a través de mejoras en la presión arterial, el metabolismo de los lípidos, la mejora de la sensibilidad a la insulina, el estado físico y la función inmunológica, y la inflamación de la parte inferior del cuerpo”, explica Matthew Ahmadi, uno de los autores del estudio.
La clave es hacer ejercicio sin saber que lo estás haciendo y sin necesidad de acudir al gimnasio. Lo único que se necesita es, según Ahmadi, “moverse más a una mayor intensidad” unos minutos cada día. "Cuanto más VILPA, mejor". En ese sentido, las personas que participaron en el estudio durante siete años tenían una medida de edad de casi 62 años y constataron que tres o cuatro sesiones de VILPA diarias con una duración de uno o dos minutos al día tiene beneficios a largo plazo, especialmente para los no habituados al ejercicio.
El estudio constató que un patrón de “un mínimo de 2-3 sesiones de 1-2 minutos cada una” o “7-8 más cortas de por ejemplo 30-45 segundos al día” puede mejorar los resultados de salud a corto plazo. Lo importante, según los investigadores, es que estas ráfagas se conviertan en algo regular y en un “hábito para toda la vida”. Algunas de las actividades del día a día que se pueden convertir en una ráfaga VILPA son las siguientes, según recoge 'La Vanguardia'.
Caminar
En un paseo a pie habitual, ya sea de camino al trabajo o con fines simplemente recreativos, una opción es aumentar el ritmo de caminata para hacer un sprint durante uno o dos minutos.
Subir escaleras
Cambiar el ascensor por las escaleras ya es por sí mismo un consejo de salud muy extendido, pero también se puede convertir en una ráfaga VILPA de 20 segundos. Realizar una de estas series de tres a cinco veces al día puede lograr mejoras sustanciales en el estado cardiorrespiratorio de adultos poco activos a las pocas semanas.
Cuesta arriba
Elegir caminos con pendiente pronunciada que supongan andar cuesta arriba para activar el sistema cardiovascular es una buena propuesta complementaria con subir escaleras.
Andar con peso
Otra actividad cotidiana que se convierte en un ejercicio VILPA puede ser caminar con las bolsas de la compra o con una mochila cargada.