El clubbell, una herramienta milenaria para entrenar en el siglo XXI
Diseñado por los persas, ahora se emplea para entrenar, sobre todo, core, hombros y brazos a todos los niveles
Con pesos que varían desde los 2,5 kilos hasta los 25, es ideal para potenciar la fuerza de agarre en personas de más de 50 años
Su aspecto es similar al de un bate de béisbol y su manejo engancha a todo el que lo prueba
Mancuernas, barras con discos de docenas de pesos diferentes, kettlebells, lastres, gomas… Las herramientas que hoy en día se pueden encontrar en un gimnasio para entrenar son de lo más variado, pero hay una diferente a todas y que ha llegado para quedarse. Se trata del clubbell, una de las herramientas más antiguas que existen, pero que en España no había calado entre los aficionados al ejercicio… hasta ahora.
El clubbell tiene un origen tan evidente como sorprendente, ya que los primeros en usarlos fueron los cavernícolas, quienes empleaban palos similares a este elemento para defenderse de sus depredadores. Muchos años después, la civilización persa diseñó lo que se conocieron como las pesas persas, ‘tatarabuelas’ de lo que hoy conocemos como clubbells y que podemos emplear para ejercitar nuestro cuerpo tanto desde el punto de vista del rendimiento como desde el terapéutico.
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El peso, lejos del agarre
La gran diferencia con cualquier herramienta que podamos encontrar en un gimnasio es que el peso del clubbell, su centro de masas, se encuentra lejos del agarre, en el extremo opuesto, lo que lo convierte en un estímulo distinto a una mancuerna o una kettlebell. El clubbell te ayuda a ganar fuerza pero también rango de movilidad, coordinación, control o psicomotricidad a través de entrenamientos exclusivos o como un complemento más. Es, además, una manera más de abrir la mente a nuevas formas de entrenamiento.
Roberto Lerma, instructor certificado de clubbell y un completo “enamorado” de este nuevo elemento, nos explica cómo con él podemos hacer muchas cosas que no podríamos con otros: “Con el clubbell se puede entrenar todo el cuerpo, pero es evidente que, sobre todo, trabajamos de cintura hacia arriba. Los ejercicios pendulares o balísticos no los puedes hacer con otras herramientas. Sobre todo en los hombros y el core se generan adaptaciones muy útiles para potenciar lo que te interese de tu cuerpo”.
Cierto es que empezar a entrenar con el clubbell requiere de ayuda, pero también lo es que se trata de una herramienta perfectamente adaptable a cualquier edad y muy útil para personas que ya han dejado atrás la cuarentena y no son precisamente habituales del gimnasio pero quieren cambiar sus rutinas. “Para una persona sedentaria es una gran herramienta para empezar a moverse. Es obvio que no se puede empezar sin tener un conocimiento y alguien que te guíe en los gestos y las cargas, pero es un elemento muy interesante. Yo lo utilizo en casi todos mis entrenamientos, con independencia de la edad de la persona. De hecho, una de las cosas que más potencia el clubbell es la fuerza de agarre, que está íntimamente relacionada con la esperanza de vida de las personas. Es un indicador de esperanza de vida de los mayores”, argumenta Roberto Lerma.
Esta afirmación se apoya en que existen estudios que nos indican que una mayor fuerza en prensa de mano se asocia con un 18% de descenso en la mortalidad por cualquier causa, y una menor fuerza se asocia con mayor mortalidad. La fuerza desarrollada en la fuerza de agarre, en definitiva, representa una medida extrapolable a la fuerza general del individuo.
Parece fácil, pero…
El clubbell, a día de hoy, es un desconocido para el gran público, pero, tal y como explica Lerma: “En cuanto la gente lo prueba se engancha porque los movimientos parecen fáciles y a la vez son llamativos. Luego, cuando coges un clubbell y ves que no es tan sencillo, te picas para dominarlo”.
Se trata de una herramienta muy versátil y te permite progresar con las cargas (puedes encontrar desde 2,5 kilos hasta los 25), pero también con los propios movimientos. “Una vez lo controlas puedes ‘inventar’ nuevos movimientos, nuevos gestos y no aburrirte nunca entrenando con él”, comenta Roberto, que nos relata además cómo son los inicios con este entrenamiento: “No es sencillo explicar a la gente que no le va a resultar sencillo mover el más pequeño de los clubbells. Tienen que probarlo. Cuando lo coges y tratas de estirar el brazo, ya te cuesta. Una mancuerna de un par de kilos la puedes solventar, un clubbell de dos kilos ya notas lo que exige a tu cuerpo”.
Comenzar con 4 kilos y a dos manos
El clubbell es, además, una herramienta Upper: “Una persona de unos 50 años y sedentaria puede empezar sin problema a entrenar con clubbell, aunque no haya pisado un gimnasio en su vida. A mucha gente no le atraen los gimnasios y necesitan este tipo de estímulos para arrancar. Eso sí, deben hacerlo con un instructor que sepa enseñarles los movimientos y les permitan progresar. Cuando ya tienen una base, a mejorar cada día. Pueden empezar con un clubbell de cuatro kilos con trabajos a dos manos y luego ir subiendo la carga y entrenando con una mano”.
Más allá del gimnasio, el clubbell es interesante para la gente porque se puede tener en casa, no ocupa y te proporciona un entrenamiento diferente y útil. La gente tiene que abrir su mente en los entrenamientos, por ejemplo, de hipertrofia.