Sin matarse en el gimnasio: cómo bajar la tripa paseando
No hace falta ni dietas milagro ni entrenamientos mortales: saber caminar correctamente te puede ayudar a reducir tu tripa
La clave está en la intensidad que le pones a tus caminatas, aunque la alimentación sigue siendo esencial
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Estamos a las puertas del verano y a los más rezagados la operación bikini les ha pillado por completo. Ya sabes que las dietas estrictas o el deporte intenso para bajar de golpe varios kilos no es lo ideal. No todo vale por lucir un vientre más plano y unos músculos más marcados durante el verano si luego no vas a hacer nada para mantenerte. Tampoco es que hagan falta grandes sacrificios y una actividad tan cotidiana como andar puede hacerte reducir esa grasa abdominal que tan fácil llega y tan complicado es que se vaya.
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Salir a caminar está comprobado que es bueno para nuestra salud y que incluso ayuda a reducir el índice de masa corporal (IMC) que se concentra a lo largo de nuestra cintura y que muchos intentan hacer desaparecer antes de irse unos días a la playa. Sí que es cierto que no todas las personas pierden el mismo número de calorías con el mismo ejercicio. Ahora bien, ¿cómo adelgazar andando?
La intensidad de la caminata
Caminando normal va a ser complicado, pero si se hace con determinadas técnicas sí que se podrá conseguir. Una de ellas es cambiando las velocidades de la marcha sin llegar a correr. La intensidad de la caminata nos puede ayudar a estar en forma, lo que no quiere decir que vayas siempre rápido, sino gestionando los intervalos. De esta manera, puedes trabajar tu resistencia caminando rápido, mientras que luego te recuperas andando a un paso más pausado, pero sin parar.
Además, para completar la caminata, hacerlo cuesta arriba durante parte del recorrido es ideal para combinarlo con la intensidad porque nos permite trabajar la zona de las caderas y los isquiotibiales, que no todo va a ser bajar tripa.
Para ayudarte en esta parte lo ideal puede ser irte al campo. Caminar por parques o calles puede estar bien, pero hacerlo en plena naturaleza ya nos ofrece su propio desnivel y terrenos diferentes que nos harán trabajar más en la quema de calorías y el fortalecimiento de nuestros músculos.
La importancia de la alimentación
Desde luego que caminar puede ser el método ideal para reducir la grasa abdominal si lo hacemos con frecuencia. Sin embargo, todo hay que compensarlo bien, por lo que la alimentación es fundamental. De nada servirá salir todos los días a andar si nuestra dieta no es la correcta.
Por eso mismo se debe llevar una dieta equilibrada, pero también antes y durante la caminara. Para salir a andar es necesario ir hidratado y con algo en el estómago para mantener los niveles de glucosa en sangre. No obstante, lo ideal son alimentos ligeros que se digieran con algo de rapidez. Para después de caminar lo mejor es beber agua y optar por proteínas.