El método de ejercicios de barré tiene sus raíces en la danza clásica y se atribuye a Lotte Berk, una bailarina alemana. A fines de la década de 1950, y tras sufrir una lesión que frustraría su carrera, Lotte combinó sus conocimientos en ballet con técnicas de rehabilitación física para crear un entrenamiento que ayudara a fortalecer y tonificar los músculos sin causar tensión excesiva en el cuerpo. Pero había mucho más detrás de eso.
Aunque el nombre 'barré' proviene del término utilizado en la danza clásica para describir una barra horizontal a la que los bailarines se aferran para realizar ejercicios de calentamiento y estiramientos, hay que aclarar que no se trata de movimientos de ballet propiamente dicho. En el método de Berk, se utiliza una barra fija para realizar una serie de movimientos basados en el la danza pero también en el yoga y el pilates, junto con ejercicios de fuerza.
Nazis, relaciones abiertas, bisexualidad... la vida de Lotte Berk, daría para una serie. Judía originaria de Colonia, llegó a Londres escapando de la persecución nazi. Allí se hizo modelo en la Escuela de Bellas Artes de Heatherley y posteriormente llegó a ser bailarina en el Covent Garden para Marie Rambert. Una lesión, sin embargo, pondría punto final a su carrera profesional y Berk tuvo que ponerse en manos de un ortopedista. Y sería entonces cuando, en un sótano del West End cuando la bailarina decidió no darse por vencida y utilizat todos sus conocimientos de danza clásica para, junto con las técnicas de rehabilitación aprendidas, desarrollar unos ejercicios pensados para mujeres que como ellas estaban (muy) interesadas en la energía sexual. Lotte se había casado pero mantenía con su marido una relación abierta. Además era bisexual. El sexo era parte imprescindible de su vida y en ese sentido fue una gran pionera al desarrollar el que se conocería como el "método Berk", que haría las delicias de las mujeres durante la liberación sexual de la primera ola feminista.
A lo largo de los años, el método de Lotte Berk evolucionó y se popularizó en diferentes países. Varias personas han contribuido a la expansión y adaptación del que empezó a ser conocido como barré en la industria del fitness, creando diferentes enfoques y estilos. Y aunque en sus orígenes tuvo esa relación directa con el "estado del sexo" que preconizaba su creadora, en la actualidad el barré se ha convertido en una forma popular de ejercicio que ofrece beneficios tanto físicos como mentales y es particularmente beneficioso àra personas mayores de 50 ya que se considera un ejercicio de bajo impacto.
El nuestro país, su reciente impacto podría deberse a la sintonía con una generación de mujeres maduras que no tienen miedo a hablar de la menopausia, ni a buscar, en la madurez, recursos para mejorar su vida sexual.
Entre los muchos beneficios que aporta la práctica del barré, se estima que mejora la fuerza y tono muscular, especialmente en piernas, glúteos, brazos y abdomen, aumenta la flexibilidad y la movilidad articular y promueve la resistencia cardiovascular. Se entiende, pues, que sea un ejercicio que siga relacionándose con la actividad sexual. Pero además ayuda a corregir la postura y a mantener una alineación adecuada del cuerpo, contribuye a la coordinación y equilibrio, ayuda a quemar calorías y favorece la pérdida de peso, reduce el riesgo de lesiones en articulaciones, favorece la concentración y el enfoque mental durante las sesiones, proporciona una sensación de bienestar y reduce el estrés y es una actividad adecuada para personas de diferentes edades y niveles de condición física.