El cóctel imbatible de Carlos Alcaraz, explicado por su psicóloga: "Conoce sus puntos débiles y cómo transformarlos en fuertes"
El joven tenista siempre ha puesto en valor el papel que jugó Josefina Cutillas, su psicóloga deportiva desde los siete hasta los 16 años
Nos cuenta cómo fue trabajar con él y qué cualidades le han llevado a ser número uno
Resalta la importancia de la salud mental para evitar bloqueos que perjudican el rendimiento y abocan al abandono
Sin desmerecer su extraordinario tríceps, el mayor fuerte de Carlos Alcaraz, el que explica sus derechazos imposibles, es su mente. Es un factor que está marcando la diferencia con respecto a otros tenistas que técnicamente podrían tener el mismo nivel. El joven, de 20 años, nunca ha ocultado el papel decisivo que tuvo en su infancia Josefina Cutillas, su psicóloga deportiva entre los siete y los 16 años.
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El camino directo al éxito: disfrutar
Desde que el tenista, nacido en El Palmar (Murcia), cogió su primera raqueta, Cutillas le dio herramientas para superarse, manejar la presión, confiar en sí mismo y encontrar el equilibrio emocional. Sobre todo, le mostró la capacidad de disfrutar como el camino más directo al éxito. El resultado es un cerebro ganador. Hablamos con ella sobre cómo se entrena la mente de un deportista de élite y cómo era ese niño que en pocos años ha llegado a lo más alto del tenis mundial. De paso, le pedimos que comparta el secreto del flow de Carlos, ese que hace que brille más en la pista cuando se divierte.
¿Qué supone que el número uno te siga reconociendo en sus triunfos?
Los psicólogos en general nos sentimientos muy orgullosos de ver los frutos de este trabajo, a veces arduo y no siempre reconocido. Que Carlos dé esa visibilidad nos da motivación y satisfacción. Su reconocimiento es muy gratificante. A nivel personal, estoy muy orgullosa de todo lo que consigue. Lo que transmite es que la psicología es un valor importante del entrenamiento. Trabajar con él ha sido muy fácil y enriquecedor.
¿Qué actitudes mentales tiene Carlos que le hacen ganador?
Es una persona muy mindfulness y equilibrado, con una gran capacidad de fluir y de disfrutar sin apenas esfuerzo. Creo que esta cualidad es una de sus esencias. También la determinación y la capacidad de creer en lo que hace y vivirlo apasionadamente desde el primer día.
Es una persona muy mindfulness y equilibrado, con una gran capacidad de fluir y de disfrutar sin apenas esfuerzo
Esto es una carrera de fondo y, cuando empiezas con siete años, no sabes adónde vas a llegar. Necesitas paciencia, renuncias y mucho sacrificio. Destacaría también la templanza y la habilidad para poner el foco en el momento presente, su capacidad de concentración y de saber tomar decisiones, además de rapidez y agilidad mental. Son cualidades muy presentes en Carlos y le hacen único.
¿Cómo entendió él la necesidad de renunciar a muchas cosas?
Ha tenido siempre la madurez de pensar que la recompensa le gratifica y es superior a la renuncia. Esto explica por qué le vemos ante situaciones de tanta exigencia a nivel psicológico con tanta templanza. Son años de entrenamiento, aunque por supuesto hay también un factor biológico que le hace tener un estilo muy definido. Su motivación es intrínseca. Es una motivación no orientada al resultado, sino a superar sus propios límites, dar lo mejor de sí y conseguir su mejor versión. Esa capacidad de superación es algo que está demostrando y le diferencia.
Ha tenido siempre la madurez de pensar que la recompensa le gratifica y es superior a la renuncia
¿Está preparado para asumir una derrota?
Su equilibrio tiene mucho que ver con su capacidad de resetear fácilmente. No se ancla ni en la derrota ni en la victoria. A nivel emocional, se gestiona bien, se conoce y sabe no solo sus puntos débiles, sino cómo transformarlos en puntos fuertes. Cada reto es para él una oportunidad para mejorar y conseguir su mejor versión. Su capacidad de venirse arriba es por ese concepto de oportunidad que tantas veces hemos entrenado desde pequeño y que tanto ayuda a trabajar la tensión que te puede producir la palabra reto. A él le genera una emoción positiva y el cuerpo entonces fluye mejor. El equilibrio perfecto entre talento técnico, táctico y psicológico es el cóctel imbatible que está haciendo que sea el número uno y referente mundial.
¿Por qué es tan importante la salud mental en el rendimiento? ¿Un pensamiento negativo es suficiente para condicionar el modo de ejecutar?
El estrés es un mecanismo de activación, pero si lo sobrepasamos nos bloquea. El cerebro entiende que es una respuesta excesiva e interpreta que no tiene recursos suficientes. El bloqueo se traduce a nivel físico con distintas somatizaciones, como calambres y tensión en todos los músculos. Las piernas no funcionan igual, los brazos no responden. Un cerebro desbordado de estímulos lleva la concentración al pensamiento negativo, no a desarrollar la estrategia deportiva. Nos paralizamos y todo nuestro cuerpo recibe esa orden de parálisis.
¿Qué técnicas ayudan a salir de ahí?
Desde la psicología trabajamos el control de la ansiedad y el estrés, el manejo de la tensión muscular y el control de la atención. También la respiración, como ansiolítico principal.
Carlos disfrutaba desde pequeño. ¿Cómo se logra?
Si un deportista disfruta, si está centrado en conseguir objetivos de superación personal, tendremos un deportista que podrá continuar más a largo plazo. Si nos centramos en ganar o perder, caeremos en una presión añadida, frustración y abandono. Cuando un niño empieza, su mente es un lienzo en blanco. No tiene expectativas ni esquemas mentales previos.
Cuando un niño empieza, su mente es un lienzo en blanco. Si nos centramos en ganar o perder, provocaremos frustración y abandono
Carlos empezó a coger la raqueta con siete u ocho años y lo que quería era practicar deporte, conocer la técnica… A esa edad lo que necesita del adulto en sus entrenamientos es un escenario de experiencias de logros y desafíos que le permitan ir superándose a sí mismo, nunca tomando la marca de los demás. Si lo conseguimos, tendrá las mismas recompensas sin necesidad de tocar lo más importante que tenemos, que es nuestra autoestima. Podrá realizar ese crecimiento que le permitirá seguir practicando deporte.
¿Cómo se llega a ese punto de equilibrio entre la activación del deportista y la obsesión?
El equilibrio es una de las palabras favoritas en psicología y en deporte. En un deportista significa equilibrio entre la razón y la emoción dentro de un partido. Cuando hablamos de deportistas de alto rendimiento es muy importante, aunque también es en este nivel cuando mejor se conoce porque el autoconocimiento está muy trabajado.
Con Carlos quisimos que no descuidase su ámbito personal, que no dejase de vivir lo que le tocaba en cada etapa vital, en cada hito evolutivo
El propio deportista sabe alcanzar ese estado de flow que le permite dar su máximo rendimiento con el mínimo esfuerzo. Encontrarlo exige un buen trabajo de relajación y visualización, y entender que existe vida más allá. Con Carlos quisimos que no descuidase su ámbito personal, que no dejase de vivir lo que le tocaba en cada etapa vital, en cada hito evolutivo.
¿Cómo consigue mantener los pies en el suelo?
Carlos siempre dice que conecta, incluso en épocas de exigencia, con esas actividades que provocan esas mismas sensaciones de bienestar. Es importante volver a tu esencia, a las emociones y a las pequeñas cosas que te recuerdan quién eres y te ponen en conexión con tus raíces. Yo recomiendo practicar mindfulness y permitirnos esos espacios más allá del deporte. Es una parada activa para motivarnos y llegar más descansados mentalmente.
¿Por qué muchos jóvenes con muy buenas cualidades deciden abandonar?
Hay que tener cuidado con los mensajes que se dan desde el inicio de los entrenamientos por parte de entrenadores o padres. De manera inconsciente, asociamos que el mejor es el que compite. Si tiene esas cualidades y ese talento, perfecto. Cuando no ocurre, vamos a encontrarnos juguetes rotos, con todo lo que implica psicológicamente para ese niño o adolescente: ansiedad, frustración, ira no controlada, malestar psicológico y a veces trastorno.
¿Los niños solo entienden el deporte como competición?
El niño no inicia una carrera para competir, sino que va a depender de esos mensajes que va recibiendo. Que el niño tenga ese concepto depende mucho del entrenador y de los padres y de ciertas ideas erróneas sobre lo que significa conseguir éxito o hacer bien un deporte poniendo la competición como única meta a largo plazo. La competición es una elección más, pero no siempre es garantía de éxito o de ser mejor que otro que no compite.
¿Qué importancia tiene que también lo entiendan los padres y abuelos?
Nuestro rol es trabajar con padres, entrenadores y todas las figuras referentes en su entorno para garantizar esa salud psicológica y que no interfieran de una manera negativa o que pueda limitar esa proyección como carrera deportiva. Es importantísimo formar a los padres y entrenadores como responsables de esa carrera que inicia en el deporte y cuidar los mensajes que dan en esas etapas cruciales sobre ganar, perder, refuerzos, castigos, comunicación… El trabajo conjunto es un pilar fundamental para su formación, la autoestima y la seguridad en sí mismo.
¿Unas expectativas poco realistas pueden frustrar una carrera deportiva?
Las expectativas deben ser siempre realistas, centradas en las capacidades del niño y en sus preferencias. Esto empieza en algo tan básico como elegir su propio deporte, que no sea inducido para satisfacer expectativas personales o frustraciones de los padres. La función del padre es respetar su decisión, acompañarle y apoyarle moralmente.
¿Qué lecciones trasladaría a esos adultos que no acaban de encontrarle el punto alegre al deporte?
A nivel científico conocemos los beneficios para nuestra salud a nivel fisiológico y psicológico. Cuando uno se encuentra bien a nivel físico y psicológico, eso es felicidad. Deberíamos encontrarle esta función al deporte. La clave está en practicar uno con el que nos sintamos identificados.
Si queremos que el deporte se convierta en un hábito instaurado, habrá que introducirlo en nuestra vida de manera realista, ajustándolo a nuestras circunstancias
Si queremos que se convierta en un hábito instaurado, que nos haga felices, tendremos que encontrar un propósito y elegir algo que nos represente, que conecte con nosotros. Habrá que introducirlo en nuestra vida de una manera realista, ajustándolo a nuestras circunstancias y poniendo objetivos medibles cada día, no a largo plazo, aunque sean pequeños. Y si contamos con una red social, bien para que nos acompañen, bien para compartir nuestros logros, nos implicaremos más.