La rutina de una entrenadora japonesa para mantenerse en forma hasta los 92
Takishima Mika tiene 92 años y sigue cada día una estricta rutina de entrenamiento desde que se despierta hasta que se acuesta
La mujer no empezó a hacer deporte hasta los 65 años y en pandemia se hizo famosa por sus vídeos entrenando
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Está claro que según pasan los años el cuerpo se va resintiendo y no se puede hacer lo mismo a los 80 o 90 que lo que hacías a los 30, los 40 o los 50. Sin embargo, siempre hay excepciones, que se lo digan a Takishima Mika, una mujer japonesa de 92 años que está mucho más en forma que cualquier persona. Y eso que hablamos de que empezó su entrenamiento a los 65 años con la intención de perder peso, pero poco a poco se dio cuenta de que le ayudaba a sentirse mejor. Fue así como lo que en principio era un método de pérdida de peso, al final se convirtió en un modo de vida.
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Pura inspiración
Con el deporte Mika cambió su vida por completo, pasando de ser una ama de casa jubilada a ser toda una profesional del fitness famosa en todo Japón y medio mundo por crear su propio sistema de entrenamiento, especialmente durante los confinamientos provocados por la covid-19, cuando sus clases virtuales lograban cada vez más y más seguidores.
Fue con 87 años cuando se convirtió en entrenadora después de que el de ella, y propietario del gimnasio al que iba, se lo pidiese tras ver su desempeño y su buena actitud, pudiendo ser un gran referente para los demás, especialmente para las personas de edades más avanzadas para las que puede ser un gran ejemplo e inspiración.
Su día a día para estar en forma
El día a día de Mika Takishima es muy exigente y espera seguir haciéndolo hasta bien pasados los 100 años. Sí que es cierto que es una rutina sacrificada, pues suele dormir unas cuatro horas al día, de 11 de la noche a 3 de la madrugada, cuando se levanta y empieza a entrenar antes de que salga el sol. Pero no es lo único que hace, pues también sale a caminar cada día unos 4 kilómetros y corre unos 3 kilómetros, pero la clave está en que el kilómetro final lo hace caminando hacia atrás.
De esta manera, a primera hora de la mañana ya está en casa para hacerse un gran desayuno que le da la energía suficiente para poder hacer frente al día en el que se dedica a hacer sus tareas, entre medias a veces hace estiramientos, y siempre con el ejercicio en mente, como cuando se sienta a ver la televisión, que lo hace con el abdomen contraído, o siempre que está en su casa camina sobre las puntas de los pies.
Su comida suele ser ligera porque luego vuelve a entrenar un par de horas con ejercicios de fuerza para ejercitar sus músculos, mientras que luego su cena es algo más contundente, eso sí, siempre siguiendo una alimentación saludable y permitiéndose una copita de vino y algún que otro capricho de vez en cuando.