Echemos cuentas. ¿Cuántos deportes habremos practicado a lo largo de nuestras vidas? Si nos paramos a pensarlo y repasamos la minuciosa obra que ha escrito Alfredo Merino, '350 Deportes que puedes practicar al aire libre' (geoPlaneta), nos daremos cuenta de que muchos más de los que imaginamos. No en vano, así surgió la idea de elaborar esta relación de actividades, ya que su autor apenas pensaba al principio que encontraría 100 deportes. "Me encanta tanto practicar deporte al aire libre como escribir sobre ello, así que pensé que sería una buena idea buscar 100 deportes y hacer un libro sobre ello. Nunca los había contado así que no sabía que pronto se nos iban a quedar cortos. Llegamos a los 150, a los 200… y decidimos parar a los 350", nos explica.
El propio Alfredo, que además de escritor, periodista y divulgador es guía de montaña y naturalista, reconoce que no ha encontrado una recopilación igual por mucho que la ha buscado: "Lo más interesante de esta relación de deportes es que no existe una obra similar. No quiero resultar presuntuoso, pero no hay ni siquiera páginas web que abarquen tantos de una manera tan intensa, exhaustiva y profunda. Yo creo que nadie lo había hecho porque es un trabajo muy arduo. He empleado dos años de investigación y trabajo, además de todos los que llevo practicando estos deportes. El proyecto ha implicado un poco de inconsciencia por mi parte".
"Hay muchas más actividades que las que he incluido, pero los que están son auténticos deportes con sus reglas, su desarrollo y su práctica en el medio natural, aunque algunos también se puedan practicar en el interior. No todos tienen competición oficial, aunque un deportista siempre compite contra sí mismo. Casi todos los deportes al aire libre tienen una característica común y es que se pueden practicar en solitario, lo cual los hace más accesibles. A nivel general vivimos en el mejor momento histórico para practicar deporte al aire libre. Tenemos más tiempo libre y de ocio (en general) que nunca en la historia y también estamos en un nivel económico (en general) mejor que nunca", puntualiza.
Pero vayamos al grano, a la lista de deportes. Los hay muy conocidos y practicados, como el senderismo, el esquí, la escalada, la natación o el ciclismo. También los hay muy populares pero no tan practicados por su exigencia, su dificultad o su riesgo. Pongamos como muestra el triatlón, la escalada en hielo o el puenting. Pero también los hay completamente desconocidos para el gran público.
Muchos de estos últimos también fueron una novedad para Alfredo cuando fue adentrándose en su investigación: "He descubierto muchos deportes de los que no tenía ni idea de su existencia, pero también hemos hecho trabajo de actualización en cuestión de reglamentación, materiales y marcas de muchos otros. De hecho, tuve que parar varias veces las máquinas a la hora de imprimir porque quería que estuviese actualizado al máximo. Es un ansia del periodista, pero tuve que entender que iba a ser imposible tenerlo actualizado. No en vano, hace un mes que salió y ya hay varios récords que han caído".
¿Se imaginan una carrera en trineo sobre lava? Pues existe y es un deporte hawaiano. Se llama He'e Holua y "es un deporte que se practicaba en Hawaii y en su origen era una actividad mística, como una ofrenda a los dioses. Ellos fabricaban un trineo de madera y bajaban por las coladas de lava, pero todo eso desapareció cuando los occidentales conquistaron Hawaii y decidieron prohibirlo por su origen pagano. Eso sí, hace una década aproximadamente hay unos aficionados que están recuperándolo, fabricando los trineos tal y como se hacía en la antigüedad y ya han conseguido deslizarse a más de 80 kilómetros por hora".
El desconocimiento en este caso se debe a la distancia tanto en espacio como en tiempo respecto al deporte en cuestión, pero hay otros que se practican no demasiado lejos de España (en el Mediterráneo) y que también suenan, como mínimo, raros.
Es lo que sucede con el Skandalopetra. Alfredo nos explica en qué consiste: "Es una modalidad de buceo en apnea en el mar en la que los buceadores bajan con una piedra atada a la pierna para descender lo más rápido posible. Su origen se remonta a la antigua Grecia, cuando los buceadores bajaban a pulmón para recoger esponjas. En aquella época, como no había bombonas de oxígeno, necesitaban a un compañero que tirara de ellos para subir más rápido y que no les pasara nada".
Se trata de dos ejemplos, pero podemos enumerar muchos otros que, a buen seguro, resultarán desconocidos para la gran mayoría y que pueden convertirse en alternativas a practicar al aire libre. En un nivel de exigencia física bajo encontraríamos, por ejemplo, el plogging, que consiste en combinar la carrera o la caminata con la recogida de toda la basura que se encuentre por el camino.
Para un poco más iniciados, podríamos encontrar el rogaine, donde se unen orientación y carrera de larga distancia practicada en equipos de dos a cinco personas. Las competiciones de esta disciplina pueden durar desde un par de horas hasta 24.
Para los más atrevidos encontramos el psicobloc, que es una variante de la escalada en solo integral realizada en aguas profundas, o el slackline, que consiste en caminar manteniéndose en equilibrio sobre una cinta plana, fijada entre dos puntos separados entre sí por el vacío y con un cierto grado de tensión. Por su parte, Alfredo Merino, el autor de la obra, tiene muy claro cuál no va a probar: "No probaría nunca el vuelo con alas. Diría que el salto base tampoco, pero ese quizá me atrevería, mientras que el vuelo con alas no lo haría nunca".
Alfredo también nos da algunas recomendaciones para un público que ronda los 50 y está deseoso de encontrar nuevos retos que le cautiven. "Les diría que se animen con el esquí nórdico, que es de resistencia e implica cierta dureza por la altitud y la temperatura. Tiene muchísimo retorno y te permite disfrutar en la naturaleza en un ambiente al que no sueles estar acostumbrado". Y si quieren practicar deporte en familia, con sus hijos o nietos: "Recomendaría algo tan común como el excursionismo. Ya sea caminando junto a un río, en uno de los grandes caminos o pasando al montañismo, que implica una subida pero no tiene por qué ser muy dura".
Cuando hablamos de la dureza o dificultad que pueden suponer algunas de estas prácticas, Alfredo nos apunta un matiz importante: "Los más duros pueden parecer los de largo aliento como el triatlón o el cuadratlón, pero en el libro hay muchos muy duros. Además, hay que tener en cuenta las condiciones en las que se practica cada actividad, es decir, todos los deportes pueden ser extenuantes o relativamente relajados dependiendo de lo que el deportista se exija a sí mismo. Cuando haces deporte en soledad, tú eres el deportista y el árbitro".
En esta completa guía sobre deporte al aire libre no se podían quedar fuera los que se practican con animales, aunque lo cierto es que hubo dudas: "El espíritu de la guía me llevó a incluir también deportes con animales siempre y cuando no supusiera un maltrato animal. Además, están creciendo tanto el mushing como el bikejoring o las carreras con perros. No podía dejarlos al margen por el predicamento altísimo que tienen tanto en España como en Europa y porque cuentan con una reglamentación muy rigurosa para evitar el maltrato animal".
Los que no han sido incluidos son los de motor no eléctrico. La razón es más que evidente. "El espíritu de la guía implica el respeto total y absoluto por la naturaleza. Hay deportes con un grandísimo predicamento como, por ejemplo, los rallies, pero yo creo que perjudican de manera notoria el medio ambiente así que no podía meterlos".