Los beneficios del aeroyoga para mayores de 50: de la tonificación a combatir el estrés
Ayuda a fortalecer y tonificar los músculos de una forma suave aumentando y mejorando el rango de movimiento en las articulaciones rígidas y doloridas
Es una práctica muy divertida que además te sube muchísimo el nivel de energía
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El yoga es uno de esos ejercicios que engancha a cualquier que empieza a practicarlo. No solo es uno de los deportes de moda desde hace años por sus beneficios, también por la cantidad de prácticas que existen del mismo. Las opciones para practicarlo son infinitas, dependiendo de su intensidad, de su espiritualidad o de los materiales utilizados.
Entre los tipos de yoga entre los que se pueden elegir, destaca el aeroyoga, un tipo de disciplina muy divertida y saludable. Este tipo de yoga moderno se practica con una tela suave pero muy resistente, tipo hamaca. Al realizar los asanas, posturas de yoga, suspendido en el aire, es más beneficioso para las articulaciones porque no tienes el peso del cuerpo sobre ellas. Esto quiere decir que puedes recibir los beneficios de posturas invertidas, sin riesgos para el cuello o la columna.
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La práctica de aeroyoga en adultos mayores ayuda a fortalecer y tonificar los músculos, de una forma suave y de bajo impacto, aumentando y mejorando el rango de movimiento en las articulaciones rígidas y doloridas; especialmente para aquellos adultos afectados por alguna patología.
Beneficios de yoga aéreo
- No hace falta ser experto para practicarlo. Además, en los centros especializados se adaptan al ritmo de cada alumno.
- Fortalece las abdominales. Uno de los grandes beneficios del aeroyoga es que se trabaja la musculatura sin forzar las posturas y sin dañar la columna. En este caso el core y los abdominalestrabajan a través de los ejercicios de acrobacias y equilibrios.
- Mejora los problemas de circulación, debido al efecto de drenaje linfático, que se produce al tener las piernas elevadas en el columpio. De esta forma, disminuyen la celulitis y otros problemas circulatorios.
- Combate el estrés. Al igual que en la práctica de yoga clásico, bajan los niveles de estrés y ansiedad, favoreciendo la concentración y el equilibrio cuerpo-mente. La sensación al terminar una clase es de paz interior.
- Alivia los dolores de espalda. Mejora la postura y la movilidad de la columna, pues los ejercicios no tienen impacto directo sobre la espalda.
- Tonifica y redefine la silueta. Aunque no es un trabajo de impacto, hacer las posturas desde las telas supone una activación completa del cuerpo en casi todo el tiempo que dura la sesión.
- Reactiva el aparato respiratorio. El yoga trabaja la respiración desde varios planos, el aeroyoga también combina esta práctica.
- Es divertido. Gracias a la realización de posturas invertidas y acrobacias, es un ejercicio que hace salir de la rutina a quien lo practica.
- Estimula la capacidad creativa y la claridad mental.
- Fortalece las articulaciones.
- Tiene un gran poder anti-edad.
- Ayuda a mantener un control total de nuestro cuerpo, conocernos mejor y saber nuestras limitaciones.
- Ante una lesión, es una buena técnica de rehabilitación, ya que devuelve a los músculos su estado normal, sin impacto directo.
- Es un buen aliado para perder peso. Una suspensión de unos 50 minutos puede quemar una cantidad igual o superior a 320 kcal.
- Mejora nuestra propiocepción. La propiocepción es el sentido que nos informa acerca de la posición en la cual se encuentra nuestro cuerpo y los diferentes elementos que lo componen. Realizar y permanecer en determinadas posturas va a permitir desarrollar este sentido.
¿Cómo es una clase de aeroyoga?
El yoga aéreo es una actividad que requiere de una determinada técnica a la hora de realizar los asanas, por ello, durante las primeras sesiones, va a resultar necesario buscar clases para principiantes.
Por lo general, al iniciarse en las clases de aeroyoga se realizan posturas en las cuales se pierde levemente el contacto con el suelo, con el objetivo de acostumbrar al cuerpo, empezar a mover las articulaciones y a relajarse.
Cuando ya se cuenta con cierta experiencia, se empiezan a incluir posturas en las cuales se pierde totalmente el contacto con el suelo, pero se sigue permaneciendo cerca de él. En este punto se realiza un trabajo más intenso de la musculatura, se desarrolla la flexibilidad de los músculos y articulaciones, y se sigue trabajando la relajación mental.
Por último, en practicantes avanzados de yoga aéreo se pueden realizar las posturas a una distancia considerable del suelo, lo cual permite incluir movimientos mucho más abiertos, creativos, y de mayor dificultad.