Alimentarse bien, sociabilizar, salir a la calle para tomar el aire y el sol y hacer ejercicio nos allanan la inclinación de la cuesta que implica envejecer y a la que se van sumando enfermedades tan graves como las cardiovasculares. De todos estos consejos, el último es el que más excusas y pereza genera sobre todo si no se acostumbra a practicar ninguna actividad física. Sin embargo, los profesionales están recomendando que por lo menos se sustituyan las escaleras por el ascensor, ya que un último estudio ha demostrado que este simple cambio reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
En Uppers hemos revisado sus conclusiones para tomar nota de cuántos escalones serían aconsejables subir diariamente con la finalidad de proteger nuestro sistema cardiovascular y la aterosclerosis, el endurecimiento de las arterias que provoca la acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias en sus paredes.
El estudio lo publicó en septiembre de 2023 la revista digital especializada Atherosclerosis Journal bajo el título Subir escaleras diariamente, susceptibilidad a enfermedades y riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ASCVD). Esta dolencia agrupa tanto la enfermedad de las arterias coronarias (EAC), como el accidente cerebrovascular isquémico (EI) o complicaciones agudas.
En este trabajo, que ha supuesto la recopilación de datos durante una media de 12,5 años para realizar un seguimiento de los participantes, han estado implicados más de diez investigadores de la Universidad de Pekín (China), de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans (Estados Unidos). Su intención era “evaluar la intensidad de subir escaleras y el riesgo de tipos de ASCVD y si estos varían con la presencia de factores de riesgo de esta enfermedad”.
El estudio comenzó entre 2006 y 2010 a partir de los datos aportados por 458.860 adultos de entre 38 y 73 años del Biobanco del Reino Unido. A todos ellos se les consultó sobre si solían subir escaleras o no a diario al igual que el número de peldaños y la intensidad de la actividad. La pregunta concreta fue: “En casa, durante las últimas cuatro semanas, ¿aproximadamente cuántas veces al día sube un tramo de escaleras (unos diez escalones)?”. Las respuestas recopiladas se añadieron a otros datos personales como los factores sociodemográficos, el estilo de vida que llevaban y el riesgo genético de ASCVD junto a sus antecedentes familiares.
Después, en 2014 se repitieron las encuestas. Con todos los datos en la mano se separaron los participantes en distintos grupos de referencia: aquellos que no subían escaleras a diario al inicio del estudio y los que sí las subían, que a su vez se agruparon según sus costumbres de 1 a 5 veces al día, de 6 a 10 veces al día, de 11 a 15, de 16 a 20 y más de 21 veces al día. Hasta el año 2021 también se realizó un seguimiento de todos los participantes incluyendo los registros hospitalarios, si habían padecido un incidente debido a la ASCVD o habían fallecido.
Al comprobar la relación entre la citada enfermedad y esta actividad física quedó patente que subir a diario más de cinco tramos de escaleras, es decir, unos 50 escalones, se asoció con un 20% menos de riesgo de contraer cualquier ASCVD, independientemente de la susceptibilidad a estas dolencias. Cabe reseñar que por susceptibilidad en este caso se entiende el “aumento de la probabilidad o posibilidad de contraer una dolencia específica debido a la presencia de una o más variantes genéticas o por una historia familiar que indica un aumento en el riesgo de la enfermedad”.
Por otra parte, entre otras conclusiones del estudio se verificó que “hay un umbral más allá del cual el número de escaleras subidas no dan como resultado ninguna disminución adicional en el riesgo de ASCVD”. Por otra parte, curiosamente, otra conclusión que se extrajo es que aquellos participantes que habían dejado de subir escaleras entre el inicio de la encuesta y la que se repitió al cabo de los años es que tenían un mayor riesgo de ASCVD en comparación con las personas que habían declarado que nunca subían escaleras.
Según explicaron los investigadores, esta enfermedad y sus manifestaciones clínicas, ya sea la enfermedad de las arterias coronarias o el accidente cerebrovascular isquémico, “son las principales causas de morbilidad y mortalidad en todo el mundo”. Dejando a un lado los factores de riesgo, los antecedentes familiares y la genética, se trata de afecciones que se pueden prevenir modificando el estilo de vida e incorporando la actividad física regular a la rutina diaria. De todos modos, reconocen la existencia de barreras para la práctica de ejercicio como las discapacidades físicas y de salud, la falta de recursos o de tiempo.
Por ello, aquí reside la importancia de las conclusiones de este trabajo: una actividad tan simple como subir escaleras elimina todas esas barreras asociadas a la posibilidad de hacer ejercicio, no tiene coste económico, no implica una equipación deportiva ni le quita tiempo a las obligaciones laborales y domésticas. Además, cada persona puede valorar cuántos tramos de peldaños le conviene completar en función de su estado de salud. Los expertos también subrayan los beneficios que proporciona realizar “ráfagas cortas de subir escaleras de alta intensidad” para mejorar la aptitud cardiorrespiratoria y el perfil lipídico, sobre todo para aquellos “que no pueden cumplir con las recomendaciones actuales de actividad física”.