La menopausia constituye un periodo de vulnerabilidad extrema en el que, además, también concurren otras amenazas que tienen que ver con la memoria y el deterioro cognitivo. Algunos estudios (Timing of onset of cognitive decline: results from Whitehall II prospective cohort study). subrayan que el deporte permite prevenir este deterioro, una patología que va colándose en el día a día sin que apenas nos demos cuenta.
No acordarse de un nombre en un momento concreto u olvidarse de una cita de manera esporádica no tiene por qué encender ninguna alarma. Pero si de forma habitual olvidamos nombres, no recordamos dónde están las llaves de casa o dónde hemos aparcado el coche, sí puede hablarse de un deterioro cognitivo leve.
Según la definición médica clásica, los rasgos característicos del deterioro cognitivo se presentan como la forma de una alteración progresiva de funciones cerebrales como la memoria o el aprendizaje. A veces pueden darse otras señales menos obvias, como la tendencia a aislarse, a interaccionar menos con el entorno o a prestar menos atención al aspecto exterior.
Estos síntomas pueden diferir de una persona a otra porque también dependen de factores individuales, como el envejecimiento, las enfermedades preexistentes o la menopausia. Mantener una actividad física facilita el riego sanguíneo y la oxigenación del cerebro. Este rol protector permite reducir el desarrollo de ciertas enfermedades cardiovasculares íntimamente ligadas a los problemas neurocognitivos.
Los últimos estudios muestran que el deporte practicado en el exterior son buenos contra el deterioro cognitivo y favorecen la sensación de bienestar. Un trabajo realizado por la Universidad de Eastern Finland explica que los beneficios son aún más tangibles entre los mayores de 65 años. ¿Cuáles son los deportes más beneficiosos? Lo sorprendente de este listado es que son actividades de un impacto físico moderado, y en el que la velocidad o la rapidez de movimientos no es imprescindible.