La gimnasta de 98 años que sigue sorprendiendo con sus piruetas
Johanna Quaas empezó a competir en 1935, cuando tenía 10 años
La gimnasia siempre ha formado parte de su vida y se retiró oficialmente en 2018, aunque sigue entrenando
En 2012, con 86 años, entró en Libro Guinness de los Récords como la gimnasta más longeva del mundo
Lo de que la edad es solo un número es cada vez más real, incluso algunos informes señalan que los sénior se perciben a sí mismo mucho más jóvenes respecto a su edad real, algo que hace unas décadas no ocurría. Ejemplo de ello hay muchos, el último es el de Johanna Quaas, una gimnasta de 98 años que sigue poniéndose las mallas para sorprender al mundo con su agilidad y manteniéndose plenamente en forma pese a su edad. "Si estás en forma, es más fácil dominar la vida", es su lema para cada día.
Johanna continúa participando en competiciones deportivas a su edad, lo que hace que el público se sorprenda cuando sale a escena para mostrar sus rutinas sin ningún problema desafiando así la idea preconcebida que tenemos de la vejez. Ya en 2012, cuando tenía 86 años, fue reconocida en el Libro Guinness de los Récords como una gimnasta más longeva del mundo y también cuenta con el premio Nadia Comaneci a la deportividad del Salón de la fama de la gimnasia internacional.
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Actualmente sigue en activo, participando en competiciones como los juegos para séniors celebrados en Sajonia, Alemania, pese a haberse retirado oficialmente en 2018, cosa que no le impide seguir entrenando o compartiendo vídeos en los que impresiona con sus espectaculares rutinas de gimnasta. Precisamente en una de sus últimas presentaciones hizo una rutina en la que sonaba ‘Thinking Out Loud’ de Ed Sheeran, canción que habla de envejecer.
En sus vídeos se puede ver como sigue haciendo movimientos ágiles y la fuerza sigue presente en sus músculos, lo que ha llevado a que muchos aplaudan su capacidad deportiva a los 98 años. Una imagen que, sin duda, es impresionante, sobre todo cuando acaba su ejercicio de gimnasia y se muestra totalmente sonriente, sin un ápice de cansancio o de dolor, dejando claro que está orgullosa de poder seguir siendo gimnasta a sus casi 100 años.
Johanna Quaas empezó a competir allá por 1935, cuando solo tenía 10 años, por lo que lleva toda su vida dedicada a este deporte, al que pese a su a edad no ha querido renunciar en ningún momento. Capaz de mantenerse solo con los brazos en una perfecta plancha sobre las barras, lo de esta gimnasta es una auténtica proeza que demuestra que, cuando las condiciones acompañan, la edad solo es un número y no tiene por qué limitar a nadie para conseguir sus sueños o seguir en forma.