El culto al cuerpo y una cada vez mayor esperanza de vida hace que gran parte de la población invierta gran parte de su tiempo en su bienestar. Ahí entra de todo, desde el descanso, hasta el cuidado de la piel y del rostro, la alimentación o el deporte. Todo ello es importante para poder aumentar la longevidad y, además, hacerlo de forma sana con un estilo de vida saludable. En cuanto al deporte, ¿cuánto y cómo?
El deporte es necesario, está claro, adecuándose siempre a las condiciones de cada persona y a sus objetivos, pero debe ir acompañado de buenos hábitos, además de un buen descanso y una alimentación saludable. No obstante, el momento en el que hacemos cada cosa influye en nuestro organismo, también el instante que elegimos para entrenar.
La ciencia se ha encargado de investigar sobre ello y uno de los últimos trabajos que se han elaborado sobre esto es uno liderado por un grupo de expertos de la Universidad de Leiden, en Países Bajos, publicado en la European Journal of Preventive Cardiology, y en el que han intentado dar con la hora del día en la que es mejor hacer ejercicio para conseguir vivir más.
Para ello ponen el foco en las enfermedades cardiovasculares, la causa de muerte más frecuente en el mundo que se estima que siga aumentando con el paso de los años y que se relaciona con el sedentarismo, la obesidad, la vejez o la hipertensión y los altos niveles de colesterol. Por eso mismo se centran en el sedentarismo y en cómo acabar con él para reducir tanto el riesgo cardiovascular como mejorar la calidad de vida gracias al ejercicio.
Según las conclusiones de la investigación de la universidad holandesa, que han trabajado sobre datos de más de 85.000 personas con edades comprendidas entre los 42 y los 78 años que no padecían ningún tipo de enfermedad cardiovascular, el ejercicio matutino está asociado a un menor riesgo de cardiopatía e ictus. “El ejercicio es bueno para la salud del corazón y nuestro estudio indica que la actividad matutina parece ser a más beneficiosa”, sostiene Gali Albalak, miembro del Centro Médico de la Universidad de Leiden.
Como máximo se les hizo un seguimiento de ocho años y, durante ese proceso, 2.911 personas desarrollaron alguna enfermedad coronaria y 796 se enfrentaron a un ictus. Así, revisando las horas de actividad, se comprobó que entre las 8 y las 11 de la mañana se relacionaba con menor riesgo de ictus o cardiopatía. “Los hallazgos se suman a las pruebas sobre los beneficios para la salud de la actividad física al sugerir que la actividad matutina, sobre todo a última hora de la mañana, puede dar más ventajas”, sostiene Albalak.
De esta forma, destacan que lo ideal es hacer ejercicio por la mañana, en concreto entre las 8 y las 10, siendo prioritario en ese último tramo. No obstante, los investigadores también recalcan que sea la hora que sea, el ejercicio es bienvenido y aportará beneficios a nuestro organismo.