Es legítimo decir que Xavi Hernández (1980) conoció a sus dos grandes amores siendo niño. Pero aunque su relación con el Fútbol Club Barcelona se ha acabado, de momento, la que tiene con su mujer, Nuria Cunillera (1981), se muestra más sólida que nunca. El ex futbolista y la ex periodista se conocieron, en Terrassa, cuando eran poco más que unos críos, aunque Hernández ya empezaba a entrenarse en La Masía del club barcelonés. Y se reencontraron años después, con él ya convertido en Campeón del Mundo con España en 2010.
La pareja contrajo matrimonio en 2013, en una recordada ceremonia a la que asistía buena parte de la plantilla de ese entonces imbatible equipo, entre ellos Leo Messi, Andrés Iniesta o Víctor Valdez. Establecidos en Barcelona, la vida de la joven pareja dio un auténtico vuelco cuando Xavi decidió culminar su carrera en el Al-Sadd de Catar, tras 17 temporadas en el club de toda su vida. Fue finalmente en ese país donde el futbolista se retiró definitivamente del fútbol como jugador y empezó su formación como entrenador. Fue también allí donde nacieron los dos hijos de la pareja: Asia, nacida en 2016, y Dan, nacido en 2018. Ambos han sido mantenidos bastante al margen de los reflectores por sus padres, salvo en sus propias redes sociales en las que se muestran orgullosos, como se pudo ver en un tierno video en el que Xavi le enseña a Dan a cantar el himno del club.
Seis años después de su partida a Catar, la familia volvía finalmente a la Ciudad Condal para alcanzar uno de los sueños de toda la vida del jugador, convertirse en el entrenador del club al que le dio todo y que le dio todo. Una aventura que, a pesar de haber llegado a su final, lo llevó a obtener una Liga y una Supercopa de España en 2023.
Xavi, ha sido nominado en varias ocasiones al Balón de Oro, y su visión panorámica del juego, su habilidad con el balón y sobre todo, su extraordinaria capacidad pasadora, lo llevaron a ser considerado uno de los mejor centrocampistas de la historia, y es sin duda un jugador irrepetible dentro del fútbol español. Seguramente su carrera como entrenador le deparará nuevos triunfos que compartir con su familia, cuya vida siempre ha transcurrido discreta y alejada de cualquier gesto ostentoso o llamativo.
Cunillera, por su parte, le decía el año pasado a Hola: “Estoy feliz, estoy casada con el amor de mi vida y la verdad es que no puedo pedir más. Somos muy parecidos en cuanto a principios, tenemos la misma idea de familia, la misma filosofía de vida y esto hace que sea todo muy fácil”. Lo que está claro es que, pese a la separación del Club, los dos grandes amores del jugador seguirán con él por mucho tiempo.