La moto de 'Misión imposible' con la que Tom Cruise robó el show en la clausura de los Juegos Olímpicos
El actor de 62 años recorrió las calles de París con la bandera olímpica al manillar de una Harley Davidson 100% eléctrica
Se trata del modelo LiveWire, en la versión S2 Del Mar, y podrá verse también en 'Misión imposible 8'
¿Por qué Tom Cruise lleva 15 años enviando una tarta de coco a un selecto grupo de amigos?
La clausura de los JJOO de París 2024 necesitaba un final 'made in Hollywood' para dar el relevo apropiadamente a la cita de Los Ángeles 2028 y nadie mejor para robarse el show que Tom Cruise embarcándose en una de esas misiones imposibles que le han convertido en una de las mayores estrellas del cine: saltar desde lo más alto del Stade de France sujetado sólo por un cable, recoger el testigo de la bandera olímpica y llevarla a Estados Unidos.
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En su periplo, el actor de 62 años recibe la bandera de manos de Karen Bass, alcaldesa de Los Ángeles, y la gimnasta Simone Biles, y la coloca en una motocicleta con la que sale del recinto, sin casco porque él lo vale, para recorrer las calles de París melena al viento y subirse a un avión militar rumbo a Los Ángeles. Ya en el espacio aéreo norteamericano, Cruise salta en paracaídas y hace entregar del estandarte olímpico a la ciclista Kate Courtney en el legendario cartel de la colina de Hollywood. Todo muy de película.
Una Harley eléctrica rumbo a Los Ángeles
¿Y qué moto utilizó la superestrella para su particular aventura olímpica? Pues una Harley-Davidson 100% eléctrica. En concreto, el modelo pertenece a la submarca bautizada como LiveWire, la versión S2 Del Mar, un vehículo que presentó la marca el pasado mes de marzo y que puede ser equiparable a una moto de media cilindrada.
No cabe duda de que tras ser montada por Cruise sus ventas se multiplicarán exponencialmente. De hecho, podremos volver a verla en la próxima entrega de 'Misión Imposible', la octava. Cruise, que no da puntada sin hilo, ya ha rodado varias de las escenas de la película por las calles de París.
Entre una custom y una naked
Se trata de una moto entre una custom, de estilo clásico, y una naked, sin carenado. Aunque tiene un tamaño convencional -2,2 metros de largo-, llama la atención por su chasis modular de aluminio que no llega hasta el final de la rueda, de manera que la posición de conducción es algo más adelantada.
Uno de los puntos relevantes es la altura del asiento, ya que se habla de 768 milímetros, la medida perfecta para ir más cómodo. Y, además tiene un peso de 195 kilos, razonablemente contenido para ser una moto eléctrica. En cuanto al motor, rinde una potencia de 84 CV (63 kW) con un par de 263 Nm que le permite una aceleración brutal de 0 a 100 en solo 3,3 segundos.
La batería tiene una capacidad de 10,5 kWh lo que le otorga una autonomía en ciudad de 181 kilómetros. Sin embargo, ofrece diferentes modos de conducción que permiten desde una conducción más deportiva hasta otra para tener más autonomía. Eso sí, el precio es un tanto elevado para no ser un vehículo de gran cilindrada. En concreto, cuesta 18.690 euros, aunque no puede adquirirse en todos los mercados. De momento, solo está disponible en EEUU, Canadá, Alemania, Francia, Países Bajos, Suiza y Reino Unido.