De la alimentación a la diversión: cinco claves para mantenerte definido después de los 50
Incluso si no hemos hecho nunca deporte, es posible que nos beneficiemos de las ventajas del ejercicio pasados los 50
Practicar ejercicio de forma regular y seguir una alimentación saludable son dos factores clave para mantenernos en forma
Por mucho que intentemos maquillarlo con cosméticos, tratamientos y rutinas faciales, el envejecimiento es inevitable. Con el paso de los años, nuestro cuerpo va perdiendo la fuerza y habilidades de las que gozaba en la juventud, y todo lo que antes nos parecía sencillo, se acaba complicando.
Llevar un estilo de vida sano y activo es fundamental para evitar problemas de salud. Sin embargo, a medida que crecemos resulta cada vez más complicado mantenerse en forma. Pasada nuestra época de esplendor físico, que suele situarse en torno a los 35 años, el metabolismo comienza a ralentizarse y nuestro cuerpo empieza a acumular grasa, los entrenamientos en el gym pierden efectividad y el peso aumenta.
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Por suerte, no todo está perdido. Según una investigación de la revista Frontiers in Physiology, después de los 50 todavía podemos beneficiarnos de las ventajas de hacer ejercicio y de llevar una dieta saludable, aunque, eso sí, haciendo algunos esfuerzos. Si has llegado a la cincuentena y quieres mantenerte bien definido, aquí tienes cinco claves que te serán de ayuda.
Cuida tu alimentación
Llevar una dieta sana y equilibrada en la que las frutas, las verduras y las hortalizas sean la base de nuestro régimen es necesario independientemente de nuestra edad. Sin embargo, con el paso del tiempo debemos cuidar mucho más lo que comemos si no queremos ganar peso y tener problemas de salud.
Reducir el número de calorías que tomamos día a día nos ayudará a evitar problemas de sobrepeso y obesidad. Para ello, modera la cantidad de azúcares y carbohidratos que consumes diariamente y prioriza los alimentos de origen vegetal en tus platos: lo ideal es que consumamos tres piezas de verdura y dos de fruta al día.
Además, disminuye el alcohol que bebes. Puede parecer que una copita allí y otra acá no hacen daño, pero en realidad estás ganando calorías con ellas.
Planifica las comidas
Contar con un plan de alimentación puede ayudarnos a cuidar mejor de nuestra alimentación. No es lo mismo llegar a casa agotado del trabajo y pensar que debo cocinar que llegar a casa sabiendo exactamente que vas a comer.
Tener las comidas de la semana planificadas evita déficits en nuestra alimentación y que hagamos compras excesivas, con caprichos y productos que en realidad no necesitamos. Además, nos permite organizar mejor nuestro tiempo. ¿Has oído hablar del batch cooking? Esta técnica consiste en reservar un día para cocinar grandes lotes de comida que nos sirvan de alimento para toda la semana.
De este modo, ahorramos tiempo, dinero y nos aseguramos de que comemos platos saludables, ya que no andamos con las prisas del trabajo.
Aprende a comprar
Para comer bien es imprescindible que sepamos comprar. En el supermercado es donde empieza realmente nuestra dieta, ya que es aquí donde elegimos los productos que vamos a consumir después, así que debemos hacer la compra de manera saludable para conseguir nuestros objetivos dietéticos.
¿Cómo podemos comprar de manera saludable? Muy sencillo: fijándonos en las etiquetas. El packaging de algunos productos puede ser engañoso, y los alimentos que se autodefinen como opciones light muchas veces no son tan sanas como prometen. Por eso, si vas a comprar, fíjate en la etiqueta: aquí es donde aparecen los nutrientes y componentes que realmente llevan estos productos.
Además, es recomendable que priorices la compra de productos frescos para reducir la ingesta de azúcares y componentes innecesarios.
Haz deporte
La alimentación es un pilar fundamental para llevar una vida saludable, pero para estar definidos pasados los 50 no basta con comer sano. Si queremos mantener nuestra forma física, debemos unir la dieta con el deporte.
Sin embargo, dado que nuestro cuerpo no es el mismo con 50 que con 20, a la hora de planificar nuestras sesiones de ejercicio tenemos que tener en cuenta las limitaciones de nuestra edad para sacarle el máximo partido y evitar posibles lesiones.
No te sobreesfuerces y sé consciente de tus límites. Lo ideal es que combinemos ejercicios aeróbicos con entrenamientos de fuerza, resistencia y flexibilidad, pero si nunca antes has entrenado, tranquilo: ve poco a poco. Con el tiempo, podrás aumentar la duración e intensidad de tus entrenamientos.
Además, si vas a iniciarte en el mundo del deporte, es recomendable que contactes con un profesional: él podrá crear una rutina adaptada a tus necesidades.
Disfruta
Lo importante a la hora de mantenerse en forma es la constancia. De poco sirve matarnos con la dieta y el ejercicio durante dos meses si después tiramos la toalla y volvemos a nuestros hábitos poco saludables.
Por eso, adecúa tus comidas y entrenamientos a tus gustos. Si un deporte no te gusta, cámbialo: existen muchas variedades y seguro que alguna se ajusta a lo que buscas. Lo mismo ocurre con la dieta. Comer sano es fundamental, pero en el mundo existen muchos métodos de cocción, frutas y verduras, así que encuentra la que más te gusta y exprímela.
Además, no dejes de quedar con tus amigos, incluso cuando decidan ir a comer a un restaurante. Saltarse un día la dieta no es ninguna tragedia e, incluso si no queremos dejar nuestro plan de comidas, seguro que en el restaurante encontramos alguna opción que se ajuste a nuestro régimen.