Bienestar físico y mental: descubre los beneficios de jugar al golf pasados los 50
No es un deporte para ponerte cachas, pero sus características te permitirán fortalecer tus músculos y lograr un bienestar mental
El golf es perfecto para hacer nuevas amistades y también para mantenerte activo en un deporte con bajo riesgo de lesión
El golf es uno de esos deportes que, a priori, no son muy atractivos, ni para jugarlo ni para verlo, aunque como todo deporte, el golf tiene una serie de beneficios que si se conociesen quizá sería algo más popular. A pesar de que puede parecer sencillo, el golf requiere de mucha precisión y control por parte del jugador, un punto de equilibrio que se consigue con años de entrenamiento, aunque cualquier principiante o aficionado que lo practique también puede recibir los beneficios que aporta. Tras conocerlos, ¿estarás dispuesto a adentrarte en el llamado “deporte de pijos”?
Lo bueno del golf es que es un deporte que se puede practicar de muchas formas, ya sea solo, en familia o con amigos, además de que no requiere de una gran forma física, más bien es necesario ir afinando la precisión y la concentración para conseguir el golpe perfecto. Si se realiza un buen calentamiento y no realizas ningún mal gesto las lesiones son casi imposibles jugando al golf, por eso es el deporte ideal para mayores de 60 años. ¿Quieres saber más sobre sus beneficios?
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Un deporte para sociabilizar
A pesar de que el golf desde fuera pueda parecer algo aburrido lo cierto es que desde dentro es muy diferente, pudiendo pasar una jornada de lo más amena intentando meter la pelota en el hoyo, especialmente cuando se hace con más gente, ya sean conocidos o desconocidos. El juego puede prolongarse horas y la conversación sobre la partida y otros temas es recurrente entre los participantes, que tienden a estrechar lazos y pueden salir del campo nuevas amistades con intereses similares.
Salud mental
Ya te adelantamos que el golf requiere de concentración y atención, lo que repercute directamente en la salud mental de quieres lo practican, generando cierta sensación de bienestar cada vez que terminas el juego. Además, es un deporte que puede ayudar a combatir o menguar los efectos de algunas enfermedades neurodegenerativas, como podría ser el alzhéimer.
Amplificador vital
Sí, el golf puede alargar tu vida. Un estudio de la Universidad de Edimburgo en 2016 concluyó que el golf, al ser un deporte de baja intensidad y con beneficios físicos y mentales, puede ayudar a prolongar la esperanza de vida. Además, dicho estudio apunta a que puede tener efectos positivos o ser un deporte preventivo ante la diabetes de tipo 2, los accidentes cerebrovasculares o algunos tipos de cáncer, como el de colon o el de mama. Unos beneficios que se producen principalmente cuando se realiza el juego a pie y se desplazan caminando, aunque los que optan por el coche también obtendrán beneficios.
Aire libre, huesos fuertes
El golf se practica al aire libre, la mayoría de veces en lugares con tiempo favorable, lo que hace que nuestro cuerpo pueda absorber la vitamina D que nos ofrecen los rayos del sol y que es importantísima a partir de cierta edad para el mantenimiento de los huesos y también para el flujo sanguíneo. Eso sí, utiliza siempre protección solar o gorras para evitar quemarte o una sobrexposición al calor del sol.
Tonificación muscular
No, no vas a salir con una musculatura de infarto, pero por la posición que se debe tomar para dar el golpe y el movimiento consigue que puedas tonificar poco a poco brazos y piernas pero también la zona abdominal. Aún así, si nunca lo has practicado o eres principiante nunca está de más tomar unas clases iniciales para aprender la técnica y la postura adecuada del cuerpo para evitar cualquier mínima lesión o problema en la espalda, aunque el golf bien hecho reduce prácticamente al mínimo la posibilidad de sufrir lesiones.
El golf es un deporte saludable que aunque parezca aburrido no está de más probarlo y ver cómo es desde dentro, muy diferente a lo que se ve por fuera. Te permite caminar y establecer nuevas relaciones sociales con gente que puede compartir gustos o aficiones contigo y, además, poner en práctica algún que otro gadget o tu reloj inteligente para demostrar que te has convertido en todo un experto del swing.