Una llamada de atención. Es lo que le dio la vida de Gert Louw, un sudafricano de 55 años que a los 40 estuvo a punto de morir. Le diagnosticaron problemas en el hígado y en el riñón, apenas un año después sufrió un fallo hepático. Los médicos le dieron dos años y medio de vida, pero él quiso desafiar los pronósticos. El deporte se convirtió en su vía de escape y ahí comenzó su cambio radical.
Con ayuda de profesionales Louw modificó su alimentación, empezó a tomar proteínas y a practicar más y más deporte. Una hora diaria. Su físico es otro. Su salud también. Reconoce que su fe y su fuerza de voluntad lo han sido todo. Sin dolor no hay mejora, asegura. Te contamos en el vídeo en qué consiste su rutina de entrenamiento (dale al play).