No hay riesgo cero en el monte: consejos de un guía de alta montaña para sobrevivir si estás esperando un rescate
La urgencia de un rescate en la montaña no es patrimonio exclusivo del paseante inexperto
Aunque la pandemia ha frenado los accidentes de montaña, la tendencia venía siendo creciente: 127 personas fallecieron en la montaña en 2019, 24 más que en 2018
Jordi Tosas, institución del alpinismo y guía de alta montaña, nos aporta algunas claves a tener en cuenta en caso de tener que pasar la noche a la intemperie
En Los Vagabundos del Dharma, el descubrimiento budista del escritor Jack Kerouac, el narrador, Ray Smith, escribe: "No hay sensación mejor en el mundo que lavarse la cara en el agua fría una mañana en la montaña". Cualquier persona que haya experimentado la satisfacción de completar un pico, la abstracción de una travesía entre refugios sin cobertura en el móvil o el despertar de los rayos de sol agrietando la sombra de los pinos, probablemente estará de acuerdo con el escritor paradigmático de la generación 'beat'.
Y al mismo tiempo, tan reales y precisas le parecerán las palabras de Kerouac como la certeza de que, en el monte, estás a merced de todos aquellos factores que no puedes controlar. Una tormenta eléctrica, desorientarse en un mal momento, una violenta racha de viento en un paso complicado, una mala previsión de las horas necesarias para completar la jornada… La naturaleza esconde situaciones complicadas que nos pueden obligar a pasar una, dos o tres noches inolvidables -en el peor de los sentidos- esperando a un rescate. Esperando durante horas, días, quizá semanas el sonido de un helicóptero; escuchando el "inmenso ruido" que es el silencio de la noche en el monte, tal y como describe Smith.
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La urgencia de un rescate no es patrimonio exclusivo del paseante inexperto, de aquel que sale en deportivas y camiseta de algodón, se olvida del chubasquero y no tiene nociones de orientación. También le puede ocurrir a deportistas curtidos en el arte de saber estar en el monte. La odisea de Ramón González y José Antonio García en Picos de Europa, ambos montañeros experimentados que precisaron de ayuda externa tras quedar atrapados en una pared a 1.600 metros de altitud, es la constatación de que en la naturaleza, y especialmente en la montaña, no existe el riesgo 0.
La pandemia ha frenado, a su vez, una tendencia ascendente que venía estableciéndose desde el año 2018: cada vez hay más accidentes, más rescates y más fallecimientos en la montaña. Según un informe del Servicio de Montaña de la Guardia Civil (GREIM) de 2019, aquel año hubo un total de 981 rescates de montaña -7 más que el año anterior- y 127 fallecidos -24 más que en 2018-.
Ahora bien. ¿Qué hacer si, llegado el momento, decido detenerme y pasar la noche en el monte para no complicar más las cosas? ¿Cómo procedo si me he perdido e inevitablemente debo esperar a que un helicóptero venga a por mí? ¿Cómo puedo esquivar el frío? ¿Debo hacer fuego? Escribimos a Jordi Tosas (53 años), guía de alta montaña e institución del alpinismo español, para que nos comente algunos trucos para sobrevivir en situaciones límite en el monte.
Acabamos de perdernos en la montaña y hemos asumido que debemos pasar la noche esperando a un helicóptero de rescate. ¿Qué es lo primero que hay que hacer?
Lo más importante es no perder temperatura. La mayor parte de incidentes se agravan a causa de la hipotermia. Mantenernos calientes y secos. Al abrigo del viento, la lluvia y la propia intemperie. Si podemos, buscar una pequeña cueva u oquedad en la roca. Hacernos un abrigo con ramas, plástico o la propia manta térmica. Intentar no mojarnos con el rocío y la humedad de la madrugada y comer y beber dentro de lo que sea posible y de lo que tengamos con nosotros.
¿Qué no hay que hacer bajo ningún concepto en esta situación?
Caminar sin saber a dónde vamos, sobre todo si no disponemos de luz y la zona es escarpada. Es muy fácil empeorar la situación y aún más fácil resbalar y accidentarnos.
¿Es mejor pararse o seguir caminando hasta avistar algún atisbo de civilización?
Si el valle o la zona no es abrupta y podemos perder altura es importante, ya que las temperaturas aumentarán en la zona baja. Pero si no disponemos de luz y hay zonas de cortados barrancos puede ser peligroso.
Otra cuestión es nuestro estado físico. Si estamos muy fatigados y continuamos sin llegar a ninguna parte, ese cansancio puede favorecer la hipotermia. Abrigarse, preparar un refugio y mantenerse caliente podría ser mejor que descender.
Si el saco de dormir está mojado, ¿es preferible dormir con él o sin él?
Si el frío es muy intenso puede ser una protección, aunque esté mojado.
¿Cuál es la mejor forma de refugiarse del viento? ¿Y de la lluvia?
Es muy importante saber construirse un refugio. Desde una cueva o agujero en la roca hasta un entoldado con un plástico, un tipo de ramas de árboles... Pero eso implica que nos hayamos formado y que llevemos un mínimo de material con nosotros.
¿Se recomienda hacer fuego en alguna circunstancia?
Si podemos hacer un fuego, siempre mantendremos mejor nuestra temperatura, pero atendiendo si podemos controlarlo o provocar un incendio.
¿Qué se puede hacer para combatir el frío?
La mejor forma de hacerlo es abrigarse y mantenerse seco. Si somos varios, podemos abrazarnos y mantenernos muy juntos. Y si estamos solos, ponernos en posición fetal. También aislarnos del suelo con ramas o hierbas o todo lo que pueda servir para que el frío y la humedad del mismo no nos toque.
Podemos ayudar a calentar otra persona con el contacto directo de nuestra piel. No hay mejor método de calentamiento que el cuerpo contra cuerpo. Pero atención de no enfriarnos nosotros.
La montaña es una temática que nos interesa en Uppers. Echa un vistazo a la entrevista que le realizamos a Carlos Soria antes de su primer intento al Dhaulagiri a los 82 años.