Vida activa contra el cáncer: demuestran que hacer ejercicio puede detener el crecimiento de un tumor
Un estudio revela que el ejercicio combate el crecimiento de los tumores
Al menos es lo que han detectado en pacientes con cáncer de próstata, aunque ya estudian su efectividad en otros tipos
Las mioquinas hacen que las células cancerígenas crezcan más lento, pero no pueden matarlas
Los buenos hábitos de vida son recomendados para evitar cualquier patología, especialmente una alimentación equilibrada, evitando los excesos, así como el alcohol y el tabaco, pero también el deporte, huyendo lo máximo posible de una vida sedentaria. Ahora, parece ser que el ejercicio físico también es aconsejable cuando una persona tiene un tumor, según una investigación australiana de la Universidad Edith Cowan publicada en la revista 'Medicine & Science in Sports & Exercise'. En ella, aseguran que el deporte puede ser un factor positivo en la lucha contra el cáncer.
Según el estudio, el deporte permite a los músculos segregar en la sangre un tipo de proteínas conocidas como mioquinas, y precisamente el grupo de investigadores ha revelado que esas proteínas son capaces, por una parte, de suprimir el crecimiento de los tumores, y por otra contribuyen a combatir las células cancerosas. ¿Cómo se ha llegado hasta estas conclusiones?
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Resultados óptimos en pacientes con cáncer de próstata
Para conocer estos datos el equipo realizó un ensayo clínico con paciente obesos con cáncer de próstata que se sometieron a un entrenamiento deportivo regular a lo largo de 12 semanas y a los que se les recogieron muestras de sangre antes de comenzar con el proyecto y al finalizar. Tras ello, aplicaron las muestras sobre células vivas de cáncer y se cercioraron de que el crecimiento se había suprimido significativamente tras el entrenamiento. "Esto indica que el ejercicio regular crea un entorno supresor del cáncer en el cuerpo", comentó Jin-Soo Kim, uno de los investigadores.
Gracias a este trabajo se conoce por qué el cáncer tiene un crecimiento más lento en personas deportistas. Robert Newton, otro de los miembros del equipo, contó que "los niveles de mioquinas anticancerígenas de los pacientes aumentaron en los tres meses" que duró el entrenamiento. No obstante, Kim reconoce que aunque las mioquinas pueden hacer que las células cancerígenas crezcan más despacio, no pueden matarlas, "pero sí indican a nuestras células inmunitarias que ataquen y maten a las células cancerosas".
¿Puede complementar otros tratamientos?
Sin embargo, los expertos indican que el ejercicio puede complementar con otros tratamientos del cáncer de próstata, que al final es sobre el que han trabajado en la investigación, como por ejemplo la terapia de privación de andrógenos que puede tener efectos secundarios como un aumento de la masa grasa o una reducción de la masa magra, lo que puede desembocar en obesidad entre otras cosas. Durante el estudio, todas las personas estaban en terapia de privación de andrógenos y eran obesos, pudiendo mantener la masa magra mientras perdían grasa.
Pese a centrarse en el cáncer de próstata, creen que esto podría extrapolarse al resto de tipos de cáncer existentes. En todo caso, se están llevando a cabo otros estudios relacionados, uno de ellos con pacientes de cáncer de próstata en fase avanzada que aún tiene que revisar sus resultados. "Es importante, ya que puede indicar por qué los hombres, incluso con cáncer avanzado, si son físicamente activos, no sucumben tan rápidamente", sentencia Newton