Jesús García Bragado, el atleta con más Juegos Olímpicos: dispuesto a luchar por la medalla a los 51
Jesús Ángel 'Chuso' García Bragado competirá en sus octavos Juegos Olímpicos a los 51 años, récord para un atleta a nivel mundial
El marchista acude a su última cita olímpica siendo realista pero dispuesto a aprovechar todas las oportunidades que se le presenten
Tras los juegos seguirá ligado al deporte como entrenador combinándolo con su profesión, la podología
Hace apenas unos meses hablábamos de cómo muchos deportistas rompían la barrera de los 30 años y seguían teniendo carreras de éxito para retirarse más tarde de lo que se acostumbra en su profesión. Uno de esos casos está de plena actualidad. Con el inicio de los Juegos Olímpicos volvemos a seguir la pista a algunos de los deportistas más reconocidos de España y damos la bienvenida a otros tantos que se estrenan en esta edición que, de no ser por la covid, debería haberse celebrado el año pasado. Entre los más que veteranos está una cara que hará historia en estos juegos de Tokio: Jesús Ángel 'Chuso' García Bragado.
Competitivo a los 50
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El marchador, de 51 años, llega a Tokio batiendo un récord: será el único atleta olímpico en participar en ocho juegos, ya que hasta el momento estaba empatado en siete con la jamaicana Merlene Ottey. Su primer sueño olímpico fue en casa, en Barcelona 92, un sueño que ha ido completando poco a poco casi sin darse cuenta en los 50 kilómetros marcha. "En Pekín 2008 ya tenía 38 años y plantearme que llegaría a Londres, con 42, ya me pareció bastante aventurado", reconocía en una entrevista con Efe.
Bragado ha dicho en diversas entrevistas que si hace 29 años, en Barcelona 92, le dicen que participaría en unos octavos juegos creería que es totalmente imposible. "Pensaba que podría competir entradito en años, pero no que sería competitivo con más de 50", declaró al diario Marca. Tanto en Atenas como en Pekín rozó el metal olímpico tras quedar quinto y cuarto respectivamente, aunque tiene varias medallas de mundiales, ahora reconoce que de haber logrado el sueño olímpico en aquellos juegos, puede que la relajación no le hubiese traído hasta aquí.
La medalla que nunca llegó
En cuanto a la lucha por la medalla olímpica es realista pese a su exigencia consigo mismo. "Lo quiero hacer lo mejor posible. Sé más o menos en qué puesto creo que puedo luchar, pero sigo soñando con que a lo mejor pasa un ciclón, un tifón y a lo mejor puedo pelear hasta por una medalla", declaraba a Televisión Española hace unas semanas, un clima que confía que juegue a su favor para poder despedirse, por lo menos, entre los 10 primeros clasificados.
La espinita de la medalla, de no haber sorpresas, se le quedará clavada por su naturaleza inconformista, pues ha reconocido que a pesar de llevar tanto juegos, siempre llevará dentro el no poder haber subido al podio a recoger una medalla olímpica. Pese a ello, en Atenas y Pekín atletas rusos quedaron por delante de él que luego dieron positivo en dopaje, por lo que ha explicado que se queda con la sensación de que podría haber subido a ese podio pero que, por circunstancias de la vida, no ha logrado.
Preparación milimetrada
Pese a que le hubiese encantado poder viajar antes a Japón para entrenar en las condiciones climáticas de la competición, la situación no le ha dejado, por eso se ha adaptado al máximo para llegar en forma a Tokio. Aunque España es un país donde el calor está presente, no existe la misma humedad que en el país nipón. Para ello, ha estado entrenando en cámaras climáticas, como si fuesen una sauna, en las que durante las horas que vas a estar sobre la cinta se determinan unas condiciones concretas.
Dedicación como podólogo y entrenador
'Chuso', como lo conoce la mayoría de la población, tiene claro que no es el mismo que hace 25 años en muchos aspectos, también en los físicos, pero reconoce que llega a sus octavos juegos de "una forma muy digna para la edad que tengo", decía a El País. Pero, ¿qué pasará después de su última carrera el 6 de agosto? Esa última competición la imagina con un sabor agridulce porque sabe que es el final, pero también la satisfacción personal de haber llegado a donde ha querido.
Luego sabe que su siguiente paso es convertirse en entrenador, tarea que combinará con su profesión como podólogo, aunque antes también ha ejercido durante varios años la política. Pese a que la podología ya era su profesión, en los últimos años la recuperado y se ha reciclado en la formación para así combinar su faceta de podólogo con la de entrenador que llegará tras los Juegos Olímpicos de Tokio.
Con todo listo, solo falta que las condiciones estén a su favor el próximo 6 de agosto para su última cita olímpica en la que ha roto todos los récords del mundo con su octava participación, según datos del propio Comité Olímpico Español (COE), los atletas no llegan de media a las dos participaciones olímpicas, una media que García Bragado destruido por completo.