El síndrome del trasero muerto existe y puede que lo tengas sin saberlo
La amnesia glútea es comúnmente conocido como 'el culo plano'
El reto de devolver firmeza a las nalgas no es sencillo
Dada nuestra obsesión ancestral por unas nalgas bien contorneadas, y más ahora que el culo le ha arrebatado la corona al escote, resulta osado insinuar que las tuyas pueden estar, literalmente, muertas. Es decir, que padezcas el síndrome del trasero muerto, también conocido como amnesia glútea.
La señal más evidente es que, en posición bípeda, esa retaguardia con amnesia está baja de tono y sin forma, lo que todos conocemos, sin más rodeos, como culo plano. "Todos los que trabajan sentados durante ocho horas al día y no practiquen ejercicio seguramente tengan amnesia del glúteo. Ocurre por hábitos posturales. El músculo del glúteo tiene bajo tono y se encuentra elongado en esta posición", explica Sergio Sukunza, fundador de Osasun Sport Clinic y preparador físico experto en rehabilitación. Suele aparecer cuando ha habido dolor lumbar o de rodilla y es muy frecuente en personas sedentarias.
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¿Quieres saber si tú trasero muerto? Estas son las indicaciones de este profesional: Túmbate boca abajo en el suelo y con las piernas estiradas eleva la pierna concentrándote en sentir el glúteo. Si sientes molestia en la lumbar o la parte trasera del muslo, no hay duda: tienes una gran amnesia del glúteo. Seguramente, ya venías notando malestar lumbar o dificultad para distinguir si se contrae el glúteo.
Hablamos de una patología frecuente en personas que van cumpliendo años y no trabajan sus glúteos. Suele ir asociada en un alto porcentaje a dolor lumbar. "La movilidad reducida de mucha gente mayor tiene que ver con una atrofia severa de la musculatura glútea", añade Sukunza. No obstante, según advierte, cada vez son más los menores de edad o los adolescentes que la padecen y empiezan a tener problemas de columna y cadera desde muy jóvenes. Considera que, en gran parte, esto es debido al uso casi obsesivo de las tecnologías modernas, que lleva al decadente control postural y a la ausencia de ejercicio físico.
En lugar de lamentos, más vale tomar nota, porque un trasero muerto puede evolucionar hacia dolor lumbar y o problemas de rodilla. Lo más importante es saber detectarla y empezar de inmediato a trabajar los glúteos con diferentes ejercicios progresando, poco a poco, en intensidad. Nos propone, por ejemplo, unas sentadillas búlgaras, que son una mezcla entre zancada y sentadilla; el hip thrust o puente de cadera, que consiste en elevar con la cadera una barra con dos pesas en sus extremos o simplemente elevarla con una pierna arriba; el ejercicio de monster walk, colocando una banda elástica de resistencia en la parte inferior de las rodillas; o las abducciones de cadera tumbado de costado en el suelo. Son solo algunas sugerencias.
Aunque aún conserves una espléndida luna llena, símbolo de abundancia, armonía y salud para la dinastía china Ming, cuídala. Sukunza nos brinda algunas pistas: "Con un estilo de vida activo, combinando actividades deportivas con un par de horas a la semana de ejercicios de fortalecimiento o tonificación que les de tono y fuerza. Al tiempo que previenes lesiones y dolor de espalda, mejorarán tus curvas".
Unos glúteos firmes son el anhelo estético de cualquier hombre o mujer, pero sobre todo aportan beneficios a la salud y al rendimiento físico. Un trasero muerto, sin embargo, significa glúteos inhibidos y atrofiados por la falta de estímulo. No viene mal la preocupación estética si nos sirve para entrenar este grupo muscular con ejercicios específicos, porque de paso se resuelven muchos problemas crónicos que tienen que ver con el dolor de espalda y otras articulaciones como la rodilla. Además, al ser un grupo muscular grande y potente, su entrenamiento hace que el metabolismo basal se acelere para perder más calorías en estado de reposo.
El reto de devolver firmeza a las nalgas no es sencillo. La edad cambia su forma e influyen también factores como la genética, el peso, los niveles hormonales y otros hábitos de vida, aparte del sedentarismo. Incluso las personas que practican deporte regularmente pueden verse afectadas por este síndrome, especialmente los corredores. A pesar de que están activos, no trabajan los glúteos suficientemente.
"El glúteo -reconoce Sukunza- es uno de los músculos más grandes del tren inferior y con una gran capacidad de realizar fuerza, pero a su vez, es el músculo olvidado". No se sabe entrenar porque se desconoce la función que tiene en el sostén de una postura correcta. Es el extensor más potente del cuerpo, el que hace que no nos vayamos encorvando con el paso de los años.
Aunque en plena era butt pride suspiremos por las generosas posaderas de Beyoncé o las de Chris Hesworth, mejor pisaremos tierra y nos conformaremos con ir saliendo del aplanamiento y la pérdida de proyección de nuestro discreto trasero, antes de que se atrofie aún más. La amnesia del glúteo es la mayor de las deficiencias de activación muscular que presenta el cuerpo humano en el siglo XXI y causante de innumerables problemas de espalda. La cuestión no es baladí. Si el glúteo no tiene fuerza, otras zonas de la parte posterior se ponen a trabajar por él, como la espalda baja o el cuádriceps. Más pronto que tarde, las lesiones serán inevitables.