El cerebro humano está formado por varias estructuras, entre ellas, una de las más importantes, es el plexo coroideo. Una red de vasos sanguíneos, tejido y células que se encuentra en los ventrículos. Su papel es importantísimo en el cerebro ya que es la puerta de entrada a las células inmunitarias, además de ser el encargado de eliminar los productos de deshecho y las proteínas tóxicas, y su tamaño parece estar relacionado con un mayor deterioro cognitivo y con su enfermedad más común el Alzheimer.
Hoy día, cerca de 800.000 personas padecen Alzheimer en nuestro país y cada año se diagnostican 40.000 nuevos casos. Esta investigación, publicada en la revista Radiology, sugiere que la progresión de la enfermedad está relacionada con la acumulación de proteínas anormales llamadas amiloide y tau, y la posterior degeneración de los nervios.
Los investigadores creen que el responsable de la enfermedad de Alzheimer es el deterioro de la eliminación y no la sobreproducción de amiloide y tau anormales. “Por lo tanto, suponemos que el estado anormal del plexo coroideo está relacionado con el fracaso de la limpieza que conduce a la acumulación de residuos y proteínas tóxicas en el cerebro y el fracaso de la vigilancia inmune que conduce a la neuroinflamación”, afirma el autor principal del estudio, el doctor Won-Jin Moon.
Tras analizar resonancias magnéticas de 532 pacientes, los científicos asociaron el volumen del plexo coroideo y la permeabilidad con la gravedad del deterioro cognitivo. En los pacientes con demencia, el volumen del plexo era mayor que en aquellos que no la padecían. También, tenía efectos negativos en la función ejecutiva del cerebro, en el conjunto de habilidades que rigen el autocontrol y la planificación.
"Creo que nuestros hallazgos sobre el plexo coroideo pueden sugerirlo como un nuevo sustituto potencial de imágenes de resonancia magnética para un sistema de limpieza deteriorado y la neuroinflamación. Si combinamos el volumen del plexo coroideo y el volumen del hipocampo en una fase de cribado, podría ayudarnos a discriminar mejor a los pacientes más vulnerables de los menos vulnerable", apunta el investigador.
Además, otra de las posibles aplicaciones clínicas que tiene este descubrimiento es ayudar a desarrollar nuevos fármacos o tratamientos para la nueuroinflamación ya que, con el tiempo, estas mediciones de plexo corifeo podrían acelerar el tratamiento de los pacientes.