¿Qué es una lesión crónica y cómo debe tratarse?

  • Las lesiones crónicas son aquellas que aparecen cuando se práctica deporte durante largos periodos de tiempo y sin descansar correctamente

  • Estas lesiones suelen surgir por un mal planteamiento del ejercicio, un mal uso de las máquinas o por una mala técnica

  • Para tratar estas lesiones, los pacientes deben acudir al médico y a un fisioterapeuta, descansar correctamente y sustituir sus entrenamientos habituales por ejercicio de flexibilidad y fuerza que les ayuden a combatir la molestia

Cuando hacemos deporte, corremos el riesgo de sufrir una lesión, sobre todo si carecemos de los conocimientos necesarios para realizar alguno de los ejercicios que nos proponemos. 

Estas lesiones suelen afectar, por norma general, al aparato locomotor, y pueden ser de dos tipos: agudas o crónicas. Las lesiones agudas son aquellas que aparecen de manera repentina, como resultado de un traumatismo (un golpe, un accidente), e incluyen fracturas, esguinces o roturas de fibras musculares, entre otros. 

Las crónicas, en cambio, son aquellas que aparecen cuando se practica deporte durante largos periodos de tiempo y sin descansar lo suficiente entre una y otra sesión. Es decir: son las que aparecen por un sobreesfuerzo físico

Este tipo de lesiones suelen surgir como consecuencia de un mal planteamiento del entrenamiento, por un mal uso de los materiales que se han utilizado para practicar el ejercicio, por una técnica inadecuada o por alguna anomalía genética, como pueden ser los pies planos, y se caracterizan por causar un dolor que se experimenta incluso cuando se está en reposo. Entre ellas se incluyen las tendinitis, los problemas de las rodillas, del talón de Aquiles o la hinchazón muscular, entre otros.

¿Cómo se tratan las lesiones crónicas?

A la hora de tratar una lesión, es importante que identifiquemos qué tipo de dolor sentimos. Para ello, es recomendable que, si sentimos molestias después de haber practicado ejercicio, acudamos a nuestro médico para que nos diagnostique, ya que en algunos casos puede ser necesaria la cirugía. 

En el caso de las lesiones crónicas, lo habitual es que el paciente tenga que pasar por una fase de tratamiento en la que deberá medicarse y recurrir a técnicas de fisioterapia, como los masajes, que puedan ayudarle a aliviar las molestias.

Durante este periodo de tiempo, es importante que el paciente descanse y sustituya su entrenamiento habitual por ejercicios de fuerza y flexibilidad recomendados por su médico o fisioterapia que le ayuden a combatir la lesión. Poco a poco, el paciente podrá retomar su actividad habitual, aunque, al hacerlo, tendrá que tener en cuenta las recomendaciones del médico para evitar que las molestias vuelvan.

¿Cómo puedo prevenir las lesiones?

La mayoría de lesiones crónicas que aparecen por sobreesfuerzo pueden evitarse si se siguen unos buenos patrones deportivos. Para ello, es importante que, antes de empezar a hacer ejercicio, realicemos un calentamiento previo para preparar a nuestro cuerpo y que, al finalizar nuestro entrenamiento, realicemos estiramientos que le ayuden a recuperarse. 

Además, a la hora de empezar a hacer ejercicio es importante que seamos conscientes de nuestros límites y que no intentemos abarcar más de lo que nuestro cuerpo es capaz de darnos. Tanto si es la primera vez que vamos al gimnasio como si ya llevamos un tiempo pero hemos empezado un nuevo tipo de ejercicio, debemos ir con calma, aumentando la intensidad poco a poco, ya que de lo contrario sufriremos el riesgo de sufrir una lesión.  

Esto se aplica no solo al peso o intensidad del entrenamiento, sino también a la frecuencia con la que lo practicamos. A la hora de ponernos en forma, la constancia es la clave, así que no intentes comprimir en un par de días la actividad física de toda una semana, ya que cabe el riesgo de que te lesiones.  

Asimismo, es importante que contemos con un buen equipamiento para realizar deporte y que, si no sabemos cómo hacer un ejercicio, pidamos ayuda a un profesional antes de llevarlo a cabo. Y sobre todo, acuérdate de descansar: sé consciente de tus capacidades y descansa al menos dos veces por semana para evitar el sobreesfuerzo y reducir el riesgo de sufrir una lesión crónica.