Seis cambios en la piel que pueden alertar de un cáncer de piel tipo melanoma
Los especialistas aconsejan aprender a autoexplorarnos cada rincón de la piel de nuestro cuerpo una vez al mes
Solo así seremos capaces de comprobar o ‘escanear’ mentalmente si cualquier mancha o lunar evoluciona, crece, cambia de color…
Un melanoma en su primera fase se puede operar con una sencilla cirugía
La Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) presentó en mayo pasado la campaña Euromelanoma 2022 con el lema Escanea tu piel. El objetivo es concienciarnos de la relevancia que tiene cuidar nuestra piel para prevenir el cáncer cutáneo y acostumbrarnos a revisarla de modo que sea posible atajar cuanto antes el melanoma, un tipo de cáncer de piel. En Uppers queríamos conocer cómo se manifiesta el melanoma y saber cómo diferenciar una mancha de un melanoma, así que Eduardo Nagore Enguidanos, dermatólogo y coordinador de la campaña, nos ha aclarado todas las dudas.
El melanoma se origina en los melanocitos, unas células que se encuentran en la epidermis, la capa más superficial de la piel. Estas células tienen la función de producir la melanina que es la que aporta el pigmento moreno o bronceado con la función de proteger las capas más profundas de la piel contra los efectos nocivos del sol. Cada nuevo lunar o nevus es un tumor benigno originado por los melanocitos. Sin embargo, estas células en ocasiones “se convierten en malignas o cancerosas debido a mutaciones espontáneas. Así empiezan a multiplicarse sin que el organismo pueda controlarlo apareciendo un melanoma en cualquier zona del cuerpo”, explica Eduardo Nagore.
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Otra causa de este cáncer cutáneo es la radiación ultravioleta del sol que también provoca mutaciones en los melanocitos; empiezan generando una gran cantidad de lunares o nevus y junto a ellos melanomas. El dermatólogo añade que “la genética influye igualmente porque predispone al paciente a desarrollarlos”. Además, subraya Eduardo Nagore, “interviene el sistema inmunitario, que en condiciones normales destruye las células cancerígenas cuando las reconoce, aunque en ocasiones falla o la propia célula cancerígena origina moléculas que lo frenan”.
Cada mes se diagnostica un melanoma cutáneo en 300 personas
Según datos de la AEDV, mensualmente son diagnosticados en España de melanoma cutáneo más de 300 personas. “La incidencia se ha duplicado en las últimas décadas debido al aumento de la esperanza de vida y especialmente a una mayor exposición al sol”, apunta Eduardo Nagore. A ello acompañan los cánones de belleza actuales que fomentan el bronceado de la piel como atractivo cuando una exposición al sol prolongada y sin protección puede generar problemas de salud y cáncer.
La campaña Euromelanoma 2022 de la Fundación Piel Sana promueve primero la concienciación y segundo la autoexploración. El doctor apuesta e insiste por “una revisión de todo nuestro cuerpo una vez al mes de modo que podamos comprobar si contamos con más nevus o manchas o si han evolucionado de forma extraña”. Es una de las mejores formas de prevenir para actuar rápidamente en consecuencia ante cualquier cambio en la piel.
Por otra parte, “debemos ser conscientes de que el riesgo de padecer cáncer de piel no es cuestión de edad, sino de la cantidad de exposición a los rayos ultravioletas que experimenta cada persona a lo largo de su vida”, subraya Nagore.
El principal problema es que no se le da la suficiente importancia a la salud de la piel. Asegura Nagore que “desgraciadamente no hay una conciencia de lo sencillo que es morirse por un cáncer de piel porque a los pacientes les resulta inverosímil que un lunar sea capaz de matar, pero lo cierto es que puede producir metástasis y a partir de ahí la muerte”.
En qué se diferencia un nevus de un melanoma
Una vez en casa, sin nada de ropa en el cuerpo, Nagore recomienda realizar una exploración a conciencia revisando entre los dedos de las manos, en la planta de los pies, en las axilas… De esta forma se va tomando conciencia de cada mancha y cada lunar para percatarse enseguida de cualquier lesión nueva o antigua y con apariencia diferente a otras manchas, al igual que prestar atención a cambios de color, picores, escozor o dolor. Este es el camino para prevenir y detectar precozmente un melanoma u otro tipo de cáncer de piel. Es imprescindible acudir al dermatólogo, sin embargo, “todavía muchas personas se resisten porque esas manchas extrañas no les supone ninguna incapacidad funcional”, destaca Nagore.
Los seis cambios en la piel que podrían ser un melanoma
El dermatólogo enumera una serie de pistas que sirven de guía a cualquier persona a la hora de revisar a fondo su piel con sus manchas y lunares. El experto apunta que hay que prestar atención a los siguientes aspectos de una mancha o de un nevus:
- Es asimétrico: cuando se compara la mitad de un nevus con su otra mitad son diferentes.
- Es distinto al resto: al principio, cuando es muy pequeño como una cabeza de alfiler se puede parecer al resto de lunares. Al crecer empieza a diferenciarse.
- Es más grande o de mayor diámetro en comparación con las demás manchas y lunares.
- Es de colores dispares y diferentes: un melanoma adquiere tonalidades negras, grises, marrones, granates, azules… y además puede ser de dos de estos colores.
- Es de bordes irregulares o escalonados: los bordes no están definidos.
- Es de forma extraña y evoluciona de forma diferente: frente a otros lunares o manchas no es ni circular ni de forma ovalada.
Los dermatólogos resumen estas pistas en el A, B, C, D y E del nevus como punto de partida para revisar la piel. La A es el aspecto asimétrico; la B hace referencia a los bordes; la C al color; la D al diámetro cuando mide más de seis milímetros; y la E significa su evolución y cambio con respecto al resto. Por otra parte, puede suceder que todo ello sea visible o tan solo que evolucione de forma dispar. Según constata Nagore, "la evolución de un melanoma precisamente es uno de los aspectos más significativos ya que cabe la posibilidad de que tarde años en crecer o lo haga en unas semanas aquellos que han pasado desapercibidos. Por ello insistimos en una autoexploración mensual”.
Cómo se cura un melanoma
Un melanoma tiene curación cuando se detecta a tiempo en su fase más incipiente y no ha sobrepasado la primera capa de la piel, la epidermis. Entonces se extrae ese tumor con una sencilla cirugía, aunque siempre existe el riesgo de que se puedan producir otros melanomas o de que a través de la sangre o del sistema linfático las células cancerosas se hayan extendido a otros órganos. En caso de detectarse ese melanoma en un estado más avanzado puede que haya profundizado atravesando la membrana basal que separa la epidermis de las capas más profundas.
En aquellos casos en los que el melanoma no es operable y la lesión se ha extendido hay diversos tipos de tratamientos que han elevado la supervivencia de los pacientes con han desarrollado metástasis. Uno de ellos es la inmunoterapia, que consiste en administrar moléculas que actúan contra esas sustancias que las células tumorales producen frente al sistema inmune. Nagore detalla que “tales moléculas favorecen que el cuerpo destruya el tumor”. Otro es el “tratamiento diana a partir de moléculas que actúan frente a las mutaciones que han hecho que el que el tumor crezca de forma indiscriminada e incontrolada”.
La prevención ante el melanoma
Los expertos insisten en que la prevención ante el melanoma pasa por evitar la exposición solar prolongada y sin protección que provoca quemaduras. “Ya solo ese enrojecimiento de la piel tras tomar el solo es arriesgado. A lo largo de los años se van acumulando los efectos de la exposición a los rayos ultravioleta que inciden sobre la piel e incrementan las posibilidades de generar las mutaciones celulares que desembocan en un melanoma”, puntualiza Nagore.
Igualmente está en manos de cada uno esa detección precoz gracias a la autoexploración poniendo énfasis en el A, B, C, D y E de cada nevus.