Mírate al espejo: tus ojos pueden predecir un infarto en los próximos cinco años
La genética y distribución de los vasos sanguíneos en las retinas determinan el riesgo de accidente cardiovascular
Un simple examen de retina podría prevenir muchas muertes
Se puede emplear también para detectar precozmente otras enfermedades oculares y sistémicas
Casi 30.000 personas fallecieron el pasado año a causa de un accidente cardiovascular en España. Siendo estas enfermedades, una vez más, la primera causa de muerte en nuestro país y representan el 24,3% del total. En la mayor parte de los casos, un estilo de vida saludable y revisiones médicas periódicas pueden prevenir un fatal desenlace y ahora, además, los investigadores de la Universidad de Edimburgo, en Reino Unido, han descubierto la forma de determinar si se va a sufrir un infarto con una simple prueba: observando los ojos.
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Ojo a los vasos sanguíneos
La retina es la única parte del cuerpo donde los vasos sanguíneos son visibles y estos son determinantes a la hora de saber el riesgo de padecer un infarto. Los resultados, después de analizar a más de 500.000 participantes, señalan que quienes tienen dimensiones fractales más bajas, están más expuestos a sufrir un infarto de miocardio.
Para que la investigación fuese más fiable se añadieron además al estudio factores clínicos tradicionales como la edad, el sexo, la presión arterial sistólica, el índice de masa corporal y el tabaquismo. "Sorprendentemente, descubrimos que nuestro modelo clasifica mejor a los participantes con riesgo de infarto de miocardio en comparación con los modelos establecidos que solo incluyen datos demográficos”, explica Ana Villaplana-Velasco, estudiante de doctorado en la Universidad de Edimburgo.
Tras analizar los casos, los investigadores han encontrado nueve regiones genéticas que organizan los patrones de ramificación vascular de la retina. "Se sabe que cuatro de estas regiones están implicadas en la genética de las enfermedades cardiovasculares. En particular, en procesos relacionados con la gravedad y la recuperación del infarto de miocardio", añade la experta.
Más allá de los infartos, otras aplicaciones prácticas
Este nuevo modelo de detección se puede emplear también para detectar precozmente otras enfermedades oculares y sistémicas, ya que los investigadores creen que cada patología debe tener un patrón de vasos sanguíneos diferente. Algo tan fácil como un examen de retina podría, por tanto, prevenir muchos fallecimientos, sobre todo a partir de los 60 años que es cuando se producen con más frecuencia los infartos de miocardio.
“Esto permitiría a los médicos sugerir comportamientos que podrían reducir el riesgo, como dejar de fumar y mantener niveles normales de colesterol y presión arterial. Nuestro trabajo muestra una vez más la importancia del análisis integral de los datos rutinarios y su valor en el desarrollo posterior de la medicina personalizada", concluye la doctoranda.