Consejos de psicóloga para volver a la vida pública tras un cáncer: "Es importante tener respuestas automatizadas"
Volver a exponernos tras un cáncer es uno de los momentos más duros tras superar la enfermedad
Una psicóloga nos explica cómo enfrentarlo de la mejor manera posible
"Ser un personaje público no te obliga a contar y hablar de todo"
La periodista Ana Rosa ha reaparecido ante los medios en la fiesta de verano de su productora audiovisual, Unicorn Content, antes de volverse a poner al frente de su programa el próximo mes de septiembre, después del verano. Con una nueva imagen tras su lucha contra el cáncer, ha posado con sus compañeros para después disfrutar de una jornada con amigos y periodistas. El regreso de Quintana ante los focos era uno de los momentos más esperados. Hasta ahora, su estado de salud se conocía gracias a redes sociales y a las actualizaciones que hacía Joaquín Prat. Hablamos con una psicóloga para que nos explique cuál es la mejor forma de volver a la vida pública y cómo afrontar el miedo a mostrarse de nuevo.
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El primer paso, superar el miedo
La sensación de miedo es normal. Una enfermedad como cáncer da mucho y, por eso, no hay que culparse de sentirlo. El antídoto del miedo es la confianza y es importante desarrollarla durante todo el proceso, confiar en que las cosas van a salir bien. Una vez que tenemos esto claro, llega el momento de enfrentarse a la gente, a volver a ser un personaje público. Teresa Terol nos recuerda que en momentos así hay que tener presente la frase “esto también pasará”.
“En los medios, como todas las noticias, el foco mediático dura poco tiempo. No solo en temas personales, sino también políticos, sanitarios, económicos… El foco mediático es totalmente volátil y pasajero para la persona que lo está viviendo. En ese momento es la noticia del día, pero conforme pasa ese primer impacto se quedará en nada, en una rutina nueva donde ya no es importante lo que pasó”, nos explica.
Decidir qué quieres contar
Es una de las primeras preguntas que hay que hacerse antes de volver a la vida que entendíamos como normal. Necesitamos plantearnos si queremos que nuestra enfermedad sea algo de comentario público o si lo preferimos dejar en la intimidad o en un círculo muy reducido. Dedicarnos a algo que tenga un cierto nivel de exposición no implica que estemos obligados a compartir cada instante de nuestra vida.
“Muchas veces nos sentimos obligados porque pensamos que al ser públicos es lo que hay. Pero debeos entender que pedir no es exigir y que alguien te pida algo no significa que tengas que dárselo. Hay que hacer distinción entre vender tu vida y ser alguien que trabaja de cara al público, como le ocurre a Ana Rosa. Es muy importante no dejarse arrastrar por las peticiones públicas y hacer un análisis de hasta dónde queremos llegar”.
¿Cómo hacer frente a preguntas incómodas?
Las personas que te rodean no siempre van a ser capaces de formular buenas preguntas y eso no significa que lo hagan de mala fe. Por eso es importante, nos explica la psicóloga, tener respuestas automatizadas que nos ayuden a no recordar las fases las de la enfermedad y que no nos afecte. “Frases del tipo ‘estoy bien, pero prefiero no profundizar en el tema’, pueden ayudar mucho”.
Otra opción también es crear círculos de confianza y decidir qué información quieres contar en cada uno de ellos. “Una de las técnicas que se puede utilizar en estas situaciones es la del sándwich, es decir, comenzar agradeciendo la preocupación, dar la respuesta de lo que queremos, como un ‘prefiero no contar más’ o ‘solo hablar hasta aquí’ y terminar volviendo a dar las gracias por haberse preocupado”.
Para evitar frustraciones o sentirnos mal por determinadas preguntas o comentarios debemos interiorizar también que lo que los demás hagan no depende de nosotros y, por eso, no debemos perder tiempo en preguntarnos por qué ha hecho tal o cual pregunta. “Cuando alguien pregunta lo hace pensando que es adecuado y ya depende de ti decidir si quieres o no contestar”, concluye Terol.