Cuando parecía que la pandemia estaba llevando a su fin, con la eliminación de las mascarillas y las medidas restrictivas, la séptima ola ha llegado pisando fuerte. La que comenzó siendo una ‘ola silenciosa’, entre otras cosas por la falta de control que se está llevando desde sanidad, ahora parece ser un problema real que está llevando a algunos políticos, como a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a pedir que la población vulnerable vuelva a protegerse para evitar consecuencias graves. Pese a que los números están disparados, hay más de 800 casos por cada 100.000 habitantes, bien es cierto que la mayoría de son leves y están marcados por dos sublinajes de ómicron. Te lo contamos.
Ómicron sigue siendo la protagonista una ola más. El problema es que nada tiene que ver con la que conocimos allá por diciembre, sino que ha ido evolucionando y ha virado en las BA.4 y BA.5, dos sublinajes que, de acuerdo con Sanidad, no dejan de crecer y representan entre el 20 y el 76% de los contagios, dependiendo de las comunidades.
Se trata de dos sublinajes muy contagiosos, más que la cepa original, por lo que son muy expansivos y capaces de burlar la inmunidad de los anticuerpos producidos tanto por la infección natural como por la vacuna, según varios estudios. Por eso es posible que una persona haya pasado la enfermedad este invierno y vuelva a padecerla ahora.
Pese a esto no se trata de contagios más graves, sino todo lo contrario, por lo que las vacunas siguen mostrando un alto nivel de protección tanto a la enfermedad grave como a la muerte. Pero a medida que crecen los con contagios, inevitablemente también lo hacen las hospitalizaciones que ya rozan las 10.000. El miedo de los médicos es que esta ola no se estabilice y crezcan tanto los casos que termine siendo crítica la situación de los hospitales cuando empiezan justo las vacaciones de verano (también de lo sanitarios).
Como ocurrió en ocasiones anteriores, es complicado hacer una predicción exacta. Si bien es cierto que en Portugal, que comenzó con la ola semanas antes que nosotros, ya lleva una bajando. Allí el pico se registró con 3.600 diagnósticos por cada 100.000 habitantes, eso sí, con un sistema de contabilización diferente. Aunque no es del todo representativo, es cierto que las olas suelen repetir patrones similares en todos los países.
Algunas voces hablan de otra dosis para poder frenar la propagación, sin embargo, Sanidad no tiene en sus planes inyectarla hasta después del verano. La razón es que se espera que estos meses sirvan para desarrollar y aprobar nuevos antídotos que tengan una efectividad mayor frente a las nuevas variantes. Además, por el momento, solo se habla de refuerzos en mayores de 80 años.