Desde la retirada del uso obligatorio de las mascarillas parece que la covid-19 había pasado no a un segundo plano, más bien a un tercero. Durante estos últimos meses hemos pasado una séptima ola a la que han denominado "silenciosa" tras los estragos de ómicron a finales de 2021 y comienzos de 2022. Ahora muchos expertos e incluso la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia hablan de que empieza una octava ola. El viernes pasado el ministerio de Sanidad notificó 84.146 nuevos contagios, de ellos 42.997 en mayores de 60 años, es decir, la mitad. La incidencia en este grupo alcanza ya casi los 1.000 casos por 100.000 habitantes.
Al aumento de contagios se le suma una subida en el número de hospitalizaciones, todo ello coincidiendo con el comienzo de las vacaciones de verano, cuando la movilidad y la interacción social aumentan. Lo que ahora mismo no está tan claro es el protocolo que seguir si se da positivo en coronavirus. Te lo contamos.
Si antes había que confinarse cuando se obtenía un resultado positivo, ahora esas cuarentenas desaparecen y no son obligatorias. No obstante, se recomienda minimizar todo lo posible los contactos durante los siete días siguientes al resultado, haciendo uso de la mascarilla y priorizando la higiene durante esos días. En caso de tener sintomatología fuerte y no poder desempeñar tus labores en tu puesto de trabajo, la baja laboral ya no se da automáticamente y tiene que ser tu médico el que te la dé.
Con ello, acudir al puesto de trabajo ya no está prohibido cuando se da positivo, pero en caso de tener la opción de teletrabajar es recomendable por parte de la empresa y del trabajador optar por esta modalidad al menos hasta que remitan los síntomas y, en todo caso, habrá que acudir al trabajo con mascarilla. En el caso de sanitarios o gente que trabaje con personas vulnerables no deben acudir a su puesto.
Sin embargo, las pruebas diagnósticas no son obligatorias en este momento, solo en casos graves, de personas vulnerables y de evidente sintomatología, especialmente en los siguientes casos.
Las personas que deben hacerse una prueba para aislarse y controlar la enfermedad son aquellas que tengan más de 60 años o los inmunodeprimidos, además de los sanitarios o que presten servicios a personas vulnerables. También las personas que presenten una infección respiratoria grave que requiera ingreso.
Además, recuerda que, aunque la mascarilla ya no sea obligatoria, queda bajo tu elección llevarla o no como medida de protección. Donde sí sigue siendo obligatorio su uso es en el interior del transporte público, en centros de salud y hospitales, así como en farmacias o residencias de mayores, donde se está pidiendo una cuarta dosis de la vacuna que se espera que llegue para toda la población durante este otoño con unas vacunas adaptadas a las variantes actuales.