Potomanía o por qué beber mucha agua puede ser peligroso
Las perdonas que la padecen pueden llegar a ingerir entre ocho y 15 litros diarios
El agua puede ser una adicción igual de peligrosa que el alcohol o el tabaco
Desmontamos el mito de que necesitamos beber dos litro de agua diarios
Toda la vida hemos oído eso de que beber dos litros de agua al día es beneficioso para nuestra salud, pero resulta que es un mito carente de base científica. El rumor empezó a extenderse a mediados del siglo XX cuando en Estados Unidos se dijo que había que beber un mililitro de agua por cada caloría. Así, para una dieta media de 2.000 calorías, tocaban dos litros. Más tarde, se pasó a hablar de vasos y el cálculo era similar, pero la base científica seguía siendo cero. Son las conclusiones a las que han llegado varios expertos, entre ellos los nutricionistas españoles Juan Revenga y Julio Basulto.
Ambos aseguran que sería necesario tener algo de evidencia antes de seguir con esas recomendaciones, pero que precisamente los estudios concluyen lo contrario. Que dos litros son excesivos y más para una persona sana en un clima templado y con una vida sedentaria. Pero es que el problema viene con la gente que incluso los dos litros se les hace poco y beben más y más, sin medida. Se trata de una obsesión, una adicción, Sí, sí, al agua. Se denomina potomanía y te contamos a qué se asocia y lo que puede provocar.
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Es una patología peligrosa
Se trata de una necesidad exagerada de beber agua de forma continuada y suele provocarse por otras enfermedades, ya sean físicas, como la diabetes, o psicológicas. De acuerdo con la Fundación Aquae, quienes sufren potomanía pueden llegar a ingerir entre 8 y 15 litros al día y obtienen una sensación placentera al hacerlo, por lo que puede clasificarse como una adicción, similar al alcohol o el tabaco.
Además, termina provocando un grave problema de salud ya que puede llegar a producirse una hiperhidratación, que sucede cuando la ingesta de agua supera la capacidad de los riñones para excretarla. Eso ocasiona que los minerales bajen y se producen síntomas parecidos a los de la deshidratación: fatiga acusada, cansancio o dolor de cabeza. En los casos más graves, se puede llegar a convulsionar.
Entonces, ¿cuánto debo beber?
Ya que tenemos claro que beber dos litros al día es mucho, y ocho una exageración insana, la pregunta está en cuánto es lo adecuado. Un estudio realizado por la Federación Española de Sociedades de Nutrición Alimentación y Dietética asegura que "para cualquier persona sana, la sed es una guía adecuada para tomar agua, excepto en los bebés, los deportistas y las personas enfermas".
Nuestro cuerpo tiene mecanismos reguladores en el sistema nervioso que detectan la disminución de agua en las células y es entonces cuando nos entra la sed. Debería ser más que suficiente este mecanismo para regular la ingesta de agua que siempre dependerá de la edad, la composición corporal, el calor o el ejercicio físico. Si bien es cierto que hay ciertas patologías que hacen que este mecanismo de la sed no funcione bien y sí que hay que estar más pendientes, como puede ser en casos de demencia o en cualquier patología que incluya episodios de vómitos, o diarreas.