El cáncer de tiroides es el noveno tumor más frecuente en el mundo y afecta en España a unas 3.000 personas cada año. Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), su incidencia ha crecido en los últimos años. Sin embargo, la mortalidad no ha crecido: el número de fallecidos por cáncer de tiroides en España se ha reducido un 15% en los últimos años, según indican los datos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).
En este tipo de cáncer, la edad sí es un factor de riesgo: a partir de los 50 años la curva de supervivencia desciende bruscamente en comparación con los pacientes por debajo de los 40, franja en la que hay menos muertes a consecuencia de este tumor.
Según la Clínica Mayo, el cáncer de tiroides es una proliferación de células que comienza en la glándula tiroidea, una glándula en forma de mariposa que se encuentra en la base del cuello que produce hormonas que regulan el ritmo cardíaco, la presión arterial, la temperatura corporal y el peso.
El cáncer de tiroides no suele causar ningún síntoma al principio. Sin embargo, a medida que avanza, puede causar signos y síntomas, como hinchazón en el cuello, cambios en la voz y dificultad para tragar.
Existen varios tipos de cáncer de tiroides. La mayoría de los tipos crecen lentamente, aunque algunos pueden ser muy agresivos. La mayoría de los cánceres de tiroides se pueden curar con el tratamiento adecuado.
Los índices de cáncer de tiroides parecen estar al alza, no tanto porque su incidencia haya aumentado, sino porque se detectan antes. El aumento puede deberse a una tecnología de imágenes mejorada que permite encontrar pequeños cánceres de tiroides en tomografías computarizadas y resonancias magnéticas que originalmente se hicieron para otras patologías.
La mayoría de los cánceres de tiroides no provocan síntomas en las primeras etapas de la enfermedad. A medida que el cáncer de tiroides crece, es posible que produzca estas alteraciones:
El cáncer de tiroides comienza cuando las células en la tiroides desarrollan cambios en su ADN. Estas mutaciones provocan que las células crezcan y se multipliquen rápidamente. Las células con mutaciones siguen viviendo cuando las células sanas mueren de forma natural. Las células que se acumulan forman una masa que se llama tumor.
El tumor puede crecer hasta invadir tejidos cercanos y puede propagarse en forma de metástasis hacia los ganglios linfáticos del cuello. A veces, las células cancerosas pueden propagarse más allá del cuello hacia los pulmones, los huesos y otras partes del cuerpo.
Pese a que se sabe cómo se produce la enfermedad, no se sabe qué causa los cambios en el ADN que causan el cáncer.
Algunas personas están más predispuestas que otras a padecer la enfermedad. Algunos de los factores que pueden aumentar el riesgo de tener cáncer de tiroides son los siguientes: