Recientemente un estudio de la Universidad de Cincinnati, Ohio, ha expuesto que hay un aumento de pacientes jóvenes con cáncer de colon; si bien, señalan los investigadores, aún no se sabe a ciencia cierta qué produce este aumento, tienen la hipótesis de que la dieta y las bacterias en los intestinos son elementos que contribuyen al desarrollo de dicho cáncer.
Esto ha llevado a que un grupo de investigadores busquen la relación entre las bacterias en los microorganismos fecales, también llamados microbioma, y las tasas de cáncer de colon en los jóvenes. La investigación aún no tiene claro qué es lo que causa el aumento de las tasas de cáncer en los jóvenes, pero los científicos afirman que una hipótesis es que las dietas de los pacientes y las bacterias de sus intestinos son factores que contribuyen. Llegaron a la conclusión que el consumo excesivo de ciertos alimentos y bebidas contribuye al aumento de casos y que los afectados tenían dietas bajas en legumbres y verduras.
Para el estudio se utilizaron datos genéticos de 11 estudios anteriores y analizaron datos del microbioma de 609 pacientes sanos y 692 pacientes con cáncer colorrectal. La investigación descubrió que las dos especies de bacterias más estrechamente relacionadas con el cáncer colorrectal no se encontraban en niveles más altos entre los pacientes jóvenes, lo que significa que es poco probable que estas bacterias sean responsables del aumento de las tasas de cáncer en esta población.
Sin embargo, otras cinco bacterias se encontraron en niveles más altos en los jóvenes afectados, incluyendo una especie que se asocia con una dieta microbiana de azufre, es decir, una alimentación baja en frutas crudas, verduras y legumbres, y elevada en la ingesta de carnes procesadas, bebidas no calóricas y licores.
“No es que lo que se come tenga sustancias cancerígenas, sino que los subproductos producidos durante el metabolismo de las bacterias pueden dar lugar a sustancias químicas cancerígenas. Es posible que las interacciones entre la dieta y el microbioma puedan mediar en la formación de células de cáncer colorrectal y en el aumento del riesgo en las poblaciones más jóvenes durante las últimas décadas”, concluyó Jordan Kharofa, uno de los líderes de la investigación.
Tu colon necesita la cantidad correcta de ácidos grasos omega 3, vitamina D, calcio y flavonoides para evitar que los tumores crezcan. La fibra dietética también es esencial, ya que promueve la evacuación intestinal periódica y ayuda a limitar la acumulación de bacterias.
El pescado fresco alto en ácidos grasos omega-3 puede ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo. De hecho, un equipo de investigación de la Universidad de Vanderbilt descubrió que las mujeres que comen tres porciones de pescado por semana redujeron su riesgo de desarrollar pólipos de colon en alrededor del 33%. Sus mejores selecciones serían salmón horneado o ahumado, atún y sardinas, ya que también son ricos en vitamina D y calcio.
Por lo general, las frutas son ricas en antioxidantes, fibra y fitoquímicos específicos de cada especie, que pueden ayudar a protegerte de los problemas digestivos. Las manzanas, moras, plátanos, arándanos, naranjas, peras y frambuesas son algunas de las mejores fuentes de fibra.
Para la salud general, la regla básica es llenar dos tercios de tu plato con alimentos a base de plantas, ya que son ricos en fibra, vitaminas, minerales y fitoquímicos. Sin embargo, para reducir tu riesgo de presentar diabetes tipo 2, que es otro factor que puede conducir al cáncer de colon, la Asociación Americana de Diabetes sugiere que des preferencia a las verduras no amiláceas. Trata de comer al menos 3 a 5 porciones de verduras no amiláceas al día, incluyendo lechuga, col rizada, pepinos, alcachofas, brócoli, col, zanahorias, coliflor, apio, quimbombó y espinacas.
La proteína es indispensable para el desarrollo muscular, el crecimiento de los tejidos y más. Y como necesitas limitar tu consumo de carne roja, tus alternativas más saludables serían pollo o pavo sin piel. Los huevos también son una buena opción.
Los granos integrales son otro grupo de alimentos con mucha fibra que puedes combinar perfectamente con pescado, huevos y carne blanca. Tus opciones más saludables serían arroz integral, cebada, avena y quinoa.
Comer al menos dos porciones de una onza de frutos secos a la semana puede ayudar a mantener bajos tus niveles de azúcar e insulina en sangre, reduciendo tu riesgo de presentar diabetes tipo 2. Dado que también cuentan con ácidos grasos saludables, fibra y flavonoides, los frutos secos también pueden ayudar a disminuir tus probabilidades de tener cáncer de colon. Tus mejores opciones son nueces de árbol como almendras, nuez de la india, avellanas, nueces pecanas, pistachos y macadamias.
Además de los beneficios y la protección que proporcionan a tu colon, los frijoles y las legumbres también pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol y azúcar en sangre.