Cada 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad que afecta a unos cinco millones de personas en España y que es considerada por la OMS, la epidemia del siglo XXI. La falta de conocimiento y visibilidad convierte a esta patología, según expertos, en invisible y difícil de reconocer por parte de la sociedad. Tanto es así que prácticamente la mitad de los casos se podrían prevenir con un diagnóstico precoz y acertado. Se trata de una enfermedad mental degenerativa e incurable que disminuye progresivamente la masa cerebral, provocando un deterioro cognitivo.
La memoria es una función ejecutiva de carácter superior, es decir, es necesaria para la vida. Hoy en día es normal escuchar hablar del ‘efecto Google’, que consiste en buscar algo en Internet cuando no lo recordamos en lugar de hacer el esfuerzo. Esta acción es cada vez es más frecuente y no somos conscientes del daño que le estamos haciendo a nuestra memoria, que es un parte fundamental de la vida, aunque a veces se dé por hecho o no se valore.
Actualmente no existe tratamiento para prevenir el Alzheimer, pero sí que es posible tratarlo en sus primeras fases, aunque queda mucho camino por recorrer. “Si se ofreciera una información más completa a la población general sobre la enfermedad de Alzheimer, se podrían diagnosticar esos casos en etapa temprana y participar con anticipación en la toma de decisiones”, explica la doctora Itzel Villagómez Escobar, coordinadora médica en la Unidad Especializada de demencias en las residencias Ballesol.
Trasladar a un ser querido con Alzheimer a vivir en una residencia no suele ser una decisión fácil y no hay opciones correctas ni incorrectas. Estas responden a las necesidades y circunstancias de cada caso. “El 20% de los pacientes con demencia por Alzheimer son ingresados en el primer año tras el diagnóstico, 50% a los cinco años y cerca del 90% a los 8 años”. Por eso recuerda que en el caso de una etapa temprana del Alzheimer aún se puede trabajar “la promoción de la independencia funcional, del mantenimiento de dicha función, control y seguimiento de comorbilidades y estimulación cognitiva-afectiva”.
Es importante tener en cuenta que las residencias son centros especializados en los que la persona con Alzheimer recibirá no solo cuidados básicos como el aseo o la alimentación, sino también atención específica de diversos profesionales, como puede ser de la psicología o la fisioterapia además de proporcionarle un espacio seguro para el desarrollo de sus actividades cotidianas y para la socialización.