El tiempo que destinamos a descansar es muy importante para nuestra salud, pues ocupamos un tercio de nuestra vida en esta actividad, de ahí que se recomienda dormir las horas necesarias de acuerdo con la edad. Es importante dormir varias horas para lograr que el cuerpo descanse y se recomponga del gasto energético a lo largo del día. Sin embargo, no todos logran hacerlo. El insomnio es un problema para muchos. Otros si bien duermen se despiertan cansados o con alguna parte del cuerpo doliéndole, y en esto puede que uno de los aspectos que le esté afectando sea la posición en la que duerme.
El objetivo de encontrar la mejor postura para dormir es lograr que partes del cuerpo se relajen, como la columna vertebral. Si, por lo contrario, duerme en posiciones que le exijan de más a algunas partes de su cuerpo como la espalda, los hombros o el cuello, estos pueden doler por varios días e incluso afectar su postura.
Un factor que incide en la calidad de sueño es la posición que adoptamos al dormir. Si se suele despertar con algún tipo de dolor, es posible que deba cambiar su posición en el momento de acostarse para ayudar a controlar su malestar. Entonces, ¿cuáles son las mejores posiciones para dormir? No hay una específica, sino varias opciones que se enfocan en una alineación espinal saludable desde la cadera hasta la cabeza. Esto implica que dormir boca abajo no es una postura muy buena, debido a la curva que se genera en el cuello al tener la cabeza de un lado para respirar.
Entre las personas que más pueden verse afectadas por tener una mala postura al dormir están las mujeres embarazadas y aquellos que sufren de insomnio y apnea. Todas las posturas tienen sus ventajas e inconvenientes, aunque hay una que es menos recomendable que las demás, según expertos de la Cátedra de Investigación del Sueño de la Universidad de Granada (UGR).
Al dormir boca arriba, la columna descansará relajada y en posición natural, siempre y cuando se disponga de un colchón de firmeza media que se adapte a las curvas de su cuerpo, señalan los investigadores. También indican que una de las ventajas de esta postura es que no se produce ninguna presión sobre la cara, por lo que no habrá riesgo de arrugas por el apoyo contra la almohada. Además, explican que dormir boca arriba resultará beneficioso para aquellos que padecen de acidez y reflujo, pues órganos como el estómago y el esófago no estarán estrujados uno contra el otro.
Una desventaja de esta posición es que propicia el ronquido, de acuerdo a los expertos. Otro problema que ocasionaría dormir arriba es que puede ser molestoso para quienes sufran dolor de espalda, por lo que se recomienda tener el respaldo adecuado, y poner una almohada detrás de las rodillas para ayudar a sostener la curva natural de la espalda.
Una de las ventajas de dormir de lado, también conocido como posición fetal, es que se alivia la zona lumbar. Según indican los catedráticos de la Universidad de Granada, con base en el consejo de otros expertos en descanso, esta es la mejor posición para dormir, independientemente de si alguien se acuesta del lado izquierdo o derecho.
Uno de sus inconvenientes es que puede provocar flacidez de pecho en las mujeres, también que no siempre se mantiene una alineación correcta de la espalda. Se recomienda esta postura en las mujeres embarazadas, del lado izquierdo concretamente, ya que “facilita la irrigación sanguínea y el paso de flujos gástricos sin presión”. En el último trimestre se recomienda la postura supina (dormir boca arriba), ya que facilita una correcta postura del útero.
Dormir boca abajo es la posición menos recomendada. Si bien tiene algunos beneficios como disminuir los ronquidos, sus efectos negativos son mayores. Esta postura puede causar dolor tanto de cuello como de espalda. También puede agregar mucha tensión innecesaria a sus músculos y articulaciones, por lo que es posible que se despierte dolorido y cansado. Dormir boca abajo puede provocar más problemas para aquellos que tienen insomnio producido por ansiedad, pues puede “agravar la sensación de ahogo aumentar más la desazón”, de acuerdo con los expertos de la UGR.
Asimismo, apuntan que dormir así hace que la cara quede “aprisionada contra la almohada, agravando las arrugas faciales”. Sumado a eso, está la torsión a la que se somete al cuello en esta postura, corriendo así el riesgo de modificar la curva cervical y de despertarse con un dolor focalizado en esta zona. Otro inconveniente de dormir boca abajo es que se pone el peso del cuerpo sobre el estómago y el pecho, impidiendo así una respiración fluida a la hora de descansar